Juan Carlos Valdivia

La paz subsidiada

Estado sigue regalando subsidios para evitar reclamo

La paz subsidiada
Juan Carlos Valdivia
24 de abril del 2018

 

Se ha cumplido un mes desde que Martín Vizcarra asumió la Presidencia de la República. Ha tenido la cumbre con los presidentes de América y luego la reunión con los gobernadores regionales peruanos. Ha nombrado a sus ministros y anda tratando de completar su equipo en Palacio de Gobierno. Es claro que el partido Peruanos por el Kambio ya no es tomado en cuenta para estos efectos, tanto así que el premier Villanueva no puede afirmar que sea el partido de Gobierno.

Tenemos un presidente sin partido, ni partidarios. Le ha dicho Vizcarra a CNN que el “espíritu de sobrevivencia” tendrá bajo control a la mayoría parlamentaria. Es en este equilibrio basado en la psicología —y no en cuotas de poder— que el Presidente aspira a completar el periodo constitucional hasta el 28 de julio del 2021.

Quizás por eso, el principal aporte en este primer mes es la tranquilidad. El ambiente de paz entre Ejecutivo y Legislativo es lo más notorio en estos días. Son los congresistas keikistas los principales defensores del gabinete Villanueva, y en general entre los políticos hay expectativa y paciencia. Lo que no debe convertir esto en una política de Estado. En el Gobierno hay que tomar decisiones y enfrentar los problemas. Si todo será evitar conflictos, entonces solo se retrocederá y no se avanzará.

Por ejemplo, lo sucedido en Moquegua con las tarifas de agua potable para la ciudad es inaceptable. La empresa de agua está intervenida hace años por el OTASS. Dentro de un proceso de mejora de los servicios y mantenimiento de la infraestructura, el organismo regulador, Sunass, aprobó un Estudio Tarifario en diciembre pasado. De acuerdo con OTASS —que era presidido por Edmer Trujillo, hoy ministro de Transportes y Comunicaciones, y conocedor a profundidad de los problemas de saneamiento de esa ciudad— se acordó que dichas tarifas entrarían en vigencia en marzo del 2018.

Frente al alza de 20% se organizan dos frentes de defensa que no lograron apoyo mayoritario, a pesar de sus reiterados intentos. Aquí entran en la foto el congresista Vicente Zeballos y el recién estrenado presidente de la República, para impedir el incremento. El Ejecutivo decide entonces, para no quebrar el esquema de inversiones aprobado, subsidiar a la empresa moqueguana y posponer el incremento tarifario. Es decir, en lugar de que sean los consumidores de Moquegua quienes paguen las mejoras en su servicio, lo seremos todos los peruanos con nuestros impuestos ¿Todos tranquilos? En Moquegua quizás, y el Presidente contento porque no se enfrentó con sus paisanos, pero a costa del presupuesto público.

Ese es el peligro de un Ejecutivo que prioriza ser popular, para lo cual la correcta gestión pública puede ser un obstáculo. Si el Estado sigue regalando subsidios para evitar reclamos, el presupuesto no alcanzará, como lo ha señalado el ministro de Economía. Estamos advertidos.

 

Juan Carlos Valdivia
24 de abril del 2018

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