¡Que pasen los candidatos!

La cantidad de postulantes a la alcaldía de Lima, así como el número de candidatos que se presentan a las elecciones regionales, debe llevarnos a una profunda reflexión sobre la desbordante creación de partidos políticos en el país. El número de postulantes es tan grande que resulta muy difícil que el electorado pueda escucharlos y conocerlos a todos. ¿Cómo haremos para organizar un debate entre todos ellos? Es imposible.

La ley puede que lo permita, pero parece que hemos caído en un gran desorden. Renegamos de muchos partidos, pero muy pocas veces conocemos a fondo la historia de las organizaciones políticas. Si solo leemos los periódicos no vamos a poder saber al respecto. Si antes eran cinco o diez, hoy son veinte. ¿Cuántos más tendremos en los próximos años? ¿No sería mejor que se organizaran en frentes? ¿Los peruanos tenemos ideas políticas tan disímiles y diversas entre nosotros que necesitamos veinte partidos que nos representen solo en Lima?

Vemos un sinnúmero de agrupaciones que surgen cada cuatro o cinco años. Si ganan puede que su existencia se prolongue por unos años más. La población ya debería saberlo. Partidos como Perú Posible o el Partido Nacionalista Peruano son un ejemplo del oportunismo electoral. Otro ejemplo es el partido de Gobierno, que encima lleva las iniciales del defenestrado presidente PPK, desaparecerá por completo el 2021.

Sin duda habrá excepciones, pero en su gran mayoría son pura cáscara y están dispuestos a llevar en sus listas a quienes creen que pueden servir a sus intereses. Lo único que pueden asegurarnos es una nueva aventura. Humala y PPK son los ejemplos máximos de la aventura política, así como Susana Villarán. Son sinónimo de fracaso.

Se suponía que la figura de la no reelección de autoridades debía llevar a las agrupaciones políticas a fomentar nuevos liderazgos dentro de sus organizaciones, pero en su lugar empiezan a colocar a los hijos, hermanos y ex esposas como postulantes. La solución podría estar en que dejemos de pensar que la política solo es asunto de candidatos, congresistas y alcaldes. La política debería ser cuestión de todos los peruanos, que deben empezar por involucrarse más en el tema.