Guillermo Vidalón
El oro y el cobre formal

El Perú ocupa el tercer lugar como mayor productor de cobre y el sexto de oro en el mundo. Ambos metales representan una gran oportunidad económica para financiar el desarrollo y cerrar las brechas sociales. Esta afirmación se sustenta en los siguientes fundamentos:
En el caso del cobre, el cambio de matriz energética, la migración de combustibles fósiles hacia la electromovilidad demanda un mayor consumo del rojo metal, un vehículo convencional emplea 20 kilos de cobre en tanto que un auto eléctrico cuatro veces más, es decir 100 kilos. Además, los artefactos eléctricos son cada vez más numerosos y necesarios en los hogares, asimismo, la instalación de un tercer cable en las viviendas para disminuir el riesgo de incendios ocasionados por cortocircuito. Analistas estiman que este conjunto incrementará el consumo de cobre en el mundo, que pasará de 26 millones de toneladas métricas (TM) anuales a por lo menos 35 millones de TM en el 2040. Esta mayor demanda impulsa las cotizaciones hacia nuevos máximos y los países productores que logren llegar al mercado internacional con más producción se verán beneficiados significativamente.
En la actualidad, el Perú tiene una gran oportunidad para convertirse en el primer productor de cobre -desde su tercera posición en el ranking mundial con 2.74 millones de TM en 2024; inclusive, superando a Chile que el año pasado produjo 5.5 millones de TM, dado que cuenta con yacimientos descubiertos que esperan ser puestos en operación. ¿Qué está faltando? Liderazgo, otear el futuro y ver hacia dónde se debe enrumbar el país, porque, además, el cobre es un metal industrial y puede representar el punto de partida para consolidar un proceso de industrialización sustentado en el desarrollo minero.
En adición y gracias al potencial polimetálico del Perú que también produce oro, zinc, hierro, estaño, entre otros. El oro es un metal refugio cuya cotización se ha visto incrementada desde los US$ 1,800 en 2020 hasta los US$ 3,323 al 24 de junio de 2024, lo que representa un aumento de más del 80%. (La producción nacional de oro el año pasado alcanzó 107 millones de gramos finos). Esto se debe a varios factores, la principal es la apuesta de los Bancos Centrales de Reserva de las economías más desarrolladas que han decidido diversificar sus reservas y atesorar tanto en dólares como en oro, sea por la abultada deuda de la economía norteamericana, así como las políticas arancelarias de la segunda administración Trump que algunos califican de erráticas.
Otro factor que impulsa su cotización es la actual escalada de conflictos bélicos en la que se encuentran enfrascados varios países, Rusia vs. Ucrania (que cuenta con el apoyo de la Comunidad Europea y anteriormente de los Estados Unidos), Israel vs. Palestina, Irán vs. Israel y la reciente participación del gobierno norteamericano para desactivar el programa nuclear iraní. ¿Cuál será el resultado final? Aún no lo sabemos, pero la incertidumbre frena el desarrollo económico con excepción de la industria bélica.
Pese a la ocurrencia de estos conflictos, el Perú resulta beneficiado por ser productor de oro. En cuanto se recupere la paz mundial, las inversiones se orientarán hacia la incorporación de la inteligencia artificial en todos los procesos productivos y el cobre seguirá siendo un gran protagonista.
Por eso es hoy y no mañana que se debe ejercer mayor liderazgo y conducir al país hacia el aprovechamiento de su potencial minero formal, porque es así como se beneficiarán todos los peruanos.
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