Manuel Gago
Remover hasta donde sea necesario el cerro Candela
No más invasiones de propiedad pública
La Municipalidad Metropolitana de Lima otorgó facultades a la Municipalidad Distrital de Ate para hacerse cargo del denominado cerro Candela, ubicado en la congestionada avenida Nicolás Ayllón, conocida como carretera central. Parte del cerro impide la construcción de nuevos carriles de ingreso y salida de Lima por el lado este. El cerro debe ser removido para mejorar el tránsito de buses y camiones, que en los últimos años aumentaron en número y tamaño. Tendrá que ser así ahora que existe una ola de mejoramiento de la conectividad vial.
Franco Vidal, el entusiasta alcalde del distrito de Ate se ha tomado en serio la facultad concedida. No obstante, como era previsible, halló resistencia y ahora pide apoyo a sus vecinos. Mediante las redes sociales –su soporte de popularidad– reclama a sus seguidores 200,000 likes para derrumbar la edificación de un supuesto propietario que se resiste a abandonar el lugar. Decimos “supuesto propietario” porque el cerro Candela es propiedad pública. Se ha denunciado que, aprovechándose del existente desorden institucional, un exalcalde, que gobernó el distrito por varios periodos, construyó un edificio en el que operan negocios de alta rentabilidad. El “propietario” no solo maltrata al alcalde Vidal –lo trata de “pandillero” – sino que, además, lo denuncia. Vidal no se queda callado y responde, según él, el exalcalde se habría autobeneficiado con un lote privilegiado con frente a la carretera. Contrariamente, otros “propietarios” de viviendas piden ser reubicados porque reconocerían el origen irregular de sus propiedades y porque, además, viven en condiciones poco decorosas.
Por décadas esta parte de la carretera central estuvo abandonada por las administraciones municipales. Desde mucho antes se sabía que en cualquier momento la carretera central sería ampliada, pero ningún alcalde, hasta la llegada de Rafael López Aliaga y Vidal, se atrevió a darle solución. Los exalcaldes no solo no intentaron resolver el congestionamiento provocado por la interrupción del cerro sino que, además, ahondaron el problema. Por ellos, la municipalidad de Ate otorgó “títulos de propiedad” a los invasores. Falsa legalidad. Es reprochable convalidar las invasiones con títulos sin valor legítimo y legal frente a, por ejemplo, los registros públicos, sistemas financieros y otros.
Por esos títulos y por pagar impuesto predial y arbitrios se creó un falso derecho de los invasores, una vergonzosa coartada para consolidar la ocupación de los espacios públicos.
El cerro Candela debe ser removido hasta donde sea necesario. El alcalde debe demostrar que recupera la autoridad concedida por el voto popular y por la constitución. El ordenamiento de la ciudad es su principal función. El reto es grande: ampliar la carretera central con nuevos carriles y poner límites a las construcciones precarias expuestas al peligro, sin veredas, ni escalera de paso para el caminar de las personas.
El esfuerzo de Vidal es el mismo de López Aliaga, quien inició la recuperación de propiedades de la ciudad invadidas alevosamente en la avenida La Castellana y lo que ahora es la vía expresa sur. Exactamente como también hace Carlos Bruce, alcalde de Surco, en la urbanización Los Álamos de Monterrico. La invasión de propiedad pública no es, como se creía, una práctica común en los sectores populares. En esta ola de recuperación de predios, los alcaldes merecen el apoyo de los vecinos.
















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