Apurímac, la posible capital de la minería

En Apurímac, cerca de US$ 20,000 millones en inversiones mineras podrían convertir a esa región del sur en la capital de la minería peruana. Entre los proyectos más destacados figuran Haquira (US$ 2,800 millones), Hierro Apurímac (US$ 2,300 millones), Cotabambas (US$ 1,963 millones), Los Chancas (US$ 1,560 millones), Trapiche (US$ 1,000 millones) y Anubia (US$ 90 millones), entre otros.

Según el Ministerio de Energía y Minas (MEM), en el Perú están identificados 49 proyectos mineros que suman alrededor de US$ 60,000 millones en potenciales inversiones. Si las condiciones sociales y políticas fuesen favorables, US$ 14,000 millones del total de esa cartera de proyectos se concretarían en el  2021. Algo más. Según el Instituto Geológico, Minero y Metalúrgico (Ingemmet) de concretarse la cartera de proyectos mineros del Perú, la recaudación proveniente de la minería al 2050 podría alcanzar hasta US$ 547,000 millones.  Con semejante recursos es incuestionable que el Perú estaría en condiciones de batir a la pobreza.

De otro lado, un 54% del total de la cartera de proyectos mineros del Perú corresponde a la región Apurímac, un hecho que podría convertir a esta región en la capital de la minería nacional. En cualquier caso Apurímac ya ha comenzado a beneficiarse de los círculos virtuosos de la minería. Por ejemplo, según el Instituto Peruano de Economía (IPE), Apurímac es la región con el índice más alto de crecimiento en los últimos años. En el 2016 la actividad económica de la región registró una expansión de 226%. Asimismo, en los últimos once años, el canon ha elevado los presupuestos municipales en términos per cápita hasta 2.5 veces mayores que el promedio nacional.

En ese contexto, la segunda vuelta electoral, del próximo 9 de diciembre, es determinante para la posibilidad de que Apurímac se consolide como capital minera del país. Los dos candidatos que pasaron a la segunda vuelta regional para elegir gobernador son el profesor Baltazar Lantarón Núñez, de Acción Popular, y  el abogado Michael Martínez Gonzales, del Movimiento Popular Kallpa. Ambos se han manifestado a favor de revisar el contrato de Las Bambas, el megaproyecto más  grande del país. ¿Cómo se puede entender semejante propuesta, sobre todo considerando que el extremismo busca cualquier pretexto para avanzar? ¿Cuál es el compromiso de ambos candidatos con la minería en la región? Preguntas claves que deben ser absueltas..

Además vale señalar que en Apurímac continúan las actividades antimineras organizadas por los hermanos Frank y Jorge Chávez Sotelo, acusados de “extorsión, resistencia a la autoridad, estafa, falsificación y actos violentos” en el sistema de justicia. Ambos fungen de asesores de las comunidades, organizando conflictos artificiales, tanto sociales como medioambientales.

Como se aprecia con absoluta claridad, Apurímac es un pobre sentado en posibilidades de riqueza inimaginable. De concretarse los proyectos mineros pendientes, no solo se reduciría considerablemente la pobreza en la región, sino que agregaría varios puntos y fracciones al PBI nacional. Por todas estas consideraciones es difícil entender cómo puede haber sectores que se opongan al desarrollo de una zona que necesita con urgencia erradicar la pobreza.