Darío Enríquez

Cuando las emociones precarizan la democracia

Desafíos para la democracia en Perú e Hispanoamérica

Cuando las emociones precarizan la democracia
Darío Enríquez
23 de mayo del 2025


La democracia representativa se sostiene en la participación ciudadana informada y en la elección consciente de autoridades. En teoría, el voto popular es la expresión de esa voluntad soberana; en la práctica, en países como el Perú y otros de Hispanoamérica, la falta de cultura política y el escaso compromiso ciudadano debilitan profundamente ese ideal.

En el Perú, el voto es obligatorio. Lejos de fomentar una participación consciente e informada, esa obligatoriedad termina muchas veces generando un efecto contrario al deseado: miles de personas acuden a las urnas únicamente por temor a la multa, a menudo impulsadas por el hastío o una indiferencia que distorsiona la decisión. Sin información, sin evaluación, sin una actitud crítica ni una conciencia clara de las consecuencias de elegir a sus representantes. Esto se traduce en un masivo voto superficial, despolitizado, "por cumplir", perpetrando un acto desprovisto de reflexión.

La cultura política, entendida como el conocimiento del sistema democrático, la reflexión sobre problemas públicos y el ejercicio activo de la ciudadanía, es aún una gran ausente. Sin ciudadanos informados y capaces de un análisis crítico, la democracia se convierte en una mecánica vacía, vulnerable a la manipulación. Esta debilidad facilita el ascenso de liderazgos populistas que capitalizan el descontento, la ira o la desesperación ciudadana, ofreciendo promesas sin sustento racional y explotando el oportunismo electoral. Las emociones, en este escenario, se vuelven un motor más potente que la razón.

A este panorama se suma una falla estructural del sistema electoral peruano: el uso del voto preferencial en distritos plurinominales. Este mecanismo permite que muchos candidatos con escaso respaldo individual ingresen al Congreso arrastrados por una "locomotora" electoral -un postulante popular que concentra gran cantidad de votos, y con ello arrastra a otros de su lista, incluso con votaciones ínfimas o nulas credenciales. Este sistema complica la rendición de cuentas, además de estimular un voto impulsivo o de protesta, donde la elección se centra en una figura visible, ignorando al resto del equipo legislativo. La desinformación y la complejidad abren la puerta a que la irritación ciudadana se manifieste sin una verdadera evaluación de todos los implicados.

Una alternativa para mejorar la representatividad es el distrito uninominal. Bajo este sistema, el país se divide en circunscripciones, eligiendo cada una a un solo congresista. Esto obliga a los partidos a postular candidatos con verdadero arraigo y capacidad local, fomentando un voto más informado y personal. El elector conoce mejor a su representante, y este, a su vez, tiene un compromiso directo con su comunidad, facilitando la rendición de cuentas. El ciudadano sabe a quién dirigirse, a quién exigir resultados y a quién premiar o castigar con su voto.

No obstante, ningún cambio en el sistema electoral será suficiente si no se atiende el problema de fondo: la débil cultura política y cívica. Sin una ciudadanía educada y comprometida, incluso el mejor diseño institucional puede fracasar. La obligación legal de votar no garantiza, por sí sola, una democracia de calidad. Desde la escuela, debemos impulsar la formación ciudadana y el debate público informado para construir una cultura de participación reflexiva, donde las decisiones electorales surjan de una visión consciente del futuro, no de la frustración.

En síntesis, la democracia peruana enfrenta una doble tarea: mejorar sus reglas de representación –por ejemplo, apostando por el distrito uninominal– y formar ciudadanos conscientes, capaces de ejercer su derecho al voto no como una carga, sino como un instrumento para transformar su país. Solo así podremos construir una democracia más sólida, representativa y legítima tanto en el Perú como en el conjunto de Hispanoamérica.

Darío Enríquez
23 de mayo del 2025

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