Homenaje a la palabra

Hace unos años tuve el honor de comentar este libro Relatos de sangre y sillar (Zentauro, 2021) de Antonio Casas junto a otro gran amigo, el escritor Pablo Nicoli Segura, maestro del cuento y autor de varias obras de misterio y de aquella legendaria revista Fantástico que él fundara y llegaba de la mano del diario Arequipa a día que dirigía el periodista Carlos Meneses Cornejo. Eran tiempos hermosos donde el periodismo y la literatura continuaban su apasionado romance y podían darse singulares objetos de alta calidad cultural para deleite de los ciudadanos.

Todo nacimiento de un libro merece un acto de especial regocijo. Nos remite a remembranzas que como humanos guardamos en nuestros corazones para compartirlas en cualquier momento. Es necesario rescatar al creador de las historias, al culpable de la prosa que nos alboroza y brindarle el aprecio que se merece por su maravilloso arte. Antonio es un tipo sencillo a quien no le quita el sueño las extravagancias de la notoriedad. Y hasta parece que escribiera casi como avergonzado al compartirnos su trabajo literario. Ostenta una postura formal, de figura delgada, pulcro en el vestir, siempre respetuoso y clásico en sus ademanes. Ni extravagante ni ordinario. Poseedor de la elegancia de los hombres sutiles. Un escritor maduro atemperando los rigores de su oficio con el diario vivir y su compleja resistencia de caballero.

Antonio conoce los maravillosos enjambres cautivadores de la escritura: sus formas más comunes y las técnicas más sofisticadas las cuales son fruto de arduo trabajo. Asume los riesgos de un afanoso tránsito entre lecturas y deudas a grandes autores a los cuales brinda un homenaje a través de sus trazos. Halagar no es repetir ociosamente sino de aprender (reordenar, metamorfosear, redimensionar) de las huellas escriturales de los grandes hombres de letras. Pero la técnica aprendida como un conjunto de artificios es un asunto frío nada estimulante ante la imperativa necesidad de armonía. Los ritos de una solvente escritura se complementan en el equilibrio de su estilo y la esencia de las palabras organizadas en una historia. Es inevitable no sentir los ecos de Borges o Poe en los relatos que contiene esta obra. Sus artificios son piezas de maestría de relojero, contundente en los cierres de las historias con arrebatos poéticos. Pero además con redobles de campana a sus memorias y los reflejos a la identidad arequipeña. Esa cosa singular que nos hace benditos (o malditos).

Algunos escritores gustan de la autoconfesión, pero a veces caen en el delirio de su atosigamiento. Los ejercicios literarios de Casas se acomodan a los tiempos y a cualquier espacio. Antonio apuesta por una defensa del lenguaje desde un canon personal y de firmeza en lo que va construyendo. No trivializa su prosa o la somete a meros actos de banalidad y facilismo. Cada una de las historias de este libro de relatos tienen un original arrebato creativo, sus estructuras cautivan por su trabajo y pasión (religiosa) por las letras. Ordena el silencio, los tiempos y la musicalidad que atraviesan algunas de estas exquisitas ficciones que nos golpean y sacan de cuadro. Un extracto de uno de sus mejores cuentos: 

“Despertó a las cinco de la mañana, con el primer tañido de la Catedral, de un salto se levantó y mirando el derredor vio que estaba solo, todos se habían retirado, dejándolo con todas las botellas que habían consumido alrededor del banco de madera”

Casas Romero ha labrado con el verbo de su sangre, los inmortales pliegues de una literatura robusta en dosis de tradición entremezclados con la escritura de un artesano de las buenas historias y en la vorágine de dominar elegantemente y con un fuerte impacto –fantasmal o místico- las variantes de una narración descomunal. Una escritura llena de imágenes, descripciones, seres bizarros entre humanos y fantasmas. ¿Cómo deben ser los cuentos de misterio? Dejarnos con la miel de la perplejidad en los labios. Relatos de sangre y sillar cumple solventemente con transportarnos por esos confines de los fantástico y de los singulares sentimientos que cobijamos en nuestras almas.

En una entrevista al docente Marcos Vilca Jiménez sobre el significado de la literatura responde lo siguiente: 

“La literatura da sentido a la vida, permite enfocar nuestra visión, aperturando las realidades cotidianas y comunes, a otra lectura no prevista o entrevista por nosotros. Posibilita vivir vidas paralelas, y entendernos mejor, especialmente en épocas donde estamos restringidos a una sola realidad, y así ver cómo hay otras posibilidades en el amplio entramado de la existencia.

La literatura es la única respuesta a los límites autoimpuestos, a aquellos que nos presenta el devenir de nuestros días; cerrar nuestras puertas a esta fuente nos detiene en el tiempo, nos ciega y nos retrae, en una especie de involución, que puede ser aún más nociva que la violencia y los problemas, por qué nos quita opciones para enfrentarlos, eso de ninguna forma puede ser beneficioso para la humanidad.”

Tenemos en Antonio Casas un escritor pleno en sus horizontes creativos y con grandes proyectos en mano. Como aquellos verdaderos artistas cumple el considerado papel de entregarse a la literatura como un acto de fe. Y vaya que tiene sus devotos cautivos que lo leen con placer (o reverencia).

 

DATOS: 

JULL ANTONIO CASAS ROMERO 

Nació en Arequipa,1972. Publicó: Relatos de Insomnio (2005), Sueños de ayer (2007), Arequipa relatos a media luz (2013, Ed Zentauro), Relatos de sangre y sillar (2021, Ed Zentauro), y Memorias prohibidas de la pandemia (2022, Ed Zentauro). Antologado en: El umbral, (2015, Ed. Lebrato), El lado oscuro de la luz, (2016 Ed. Lebrato), Sombras en el sillar, (2017 Ed. Lebrato), EOSHM - En Octubre Si Hay Milagros, (2020, Ed. Zentauro), “El bicentenario en tiempos de resistencia, (2021 Municipalidad Provincial de Arequipa), Encuentros cercanos inicios del siglo XXI, Antología de Narrativa Arequipeña (Ed. Quimera 2022), Arequipa futura. Relatos de ciencia ficción (Ed. Pandemónium, 2023,), Historia peruana bifurcada (Ed. Nicoli 2023), Sucesos. Antología de Terror Latino Americana (Ed. Grammata 2023). Denominado Arequipeño del Milenio en 2023. Es miembro de la Red De Escritores de Arequipa (REA).