David Auris Villegas
Juntos contra el bullying escolar
La Unesco lo ha declarado como un problema mundial

Al ver a muchos niños que ven a la escuela como un campo de abusos del más fuerte, recuerdo que de niño viví algo parecido. Durante los recreos, miraba el patio como un mundo ajeno. Siempre me llamaban por mis apodos. Ahora, algunos de mis antiguos compañeros, cuando leen mis artículos, me dicen que les gustan, pero también agregan: “No sabía que eran tuyos”. Y claro, nunca supieron mi nombre.
Hoy, lejos de aquellos tiempos, estoy convencido de que nuestra tarea es transformar las escuelas en territorios de amor, alegría y hermandad. Espacios donde se formen niños y adolescentes empáticos y fraternos, tal como nos exhortó el Papa Francisco. De no hacerlo, estaremos hipotecando el futuro y dejando a las próximas generaciones un mundo tóxico.
Precisamente, el bullying o acoso escolar, según los expertos, es el perverso y constante maltrato de unos niños contra los más vulnerables que tiene graves consecuencias mentales y físicas que afectan su aprendizaje y su vida. La Unesco lo declara como un problema mundial, y dice que el 32 % de los estudiantes a nivel mundial han sido víctimas de acoso.
Al respecto, la directora general de la Unesco, Audrey Azoulay, afirma que todos los niños deben sentirse respetados y seguros en la escuela para poder aprender y crecer. Sin embargo, la violencia y el acoso persisten, incluso más allá del aula, amplificados por las redes sociales.
Como parte de este desafío global por la búsqueda de la paz social, el pasado 2 de mayo se celebró el Día Internacional contra el Bullying, con el objetivo de reflexionar y debatir acciones concretas para erradicar esta pandemia social que amenaza la convivencia escolar. Sin embargo, creo sinceramente que la conducta de los líderes de nuestro país, especialmente la de los políticos, es clave para influir positivamente en el comportamiento adecuado.
Por otra parte, el Minedu tiene un programa virtual SiseVe, para reportar casos de violencia escolar de forma confidencial y anónima. Uniéndose a esta batalla, la defensoría pública del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos sostiene que el estudiante que comete lesiones físicas, psicológicas o sexual en contra de otro estudiante, es un infractor.
Así que, juntos, promovamos la cultura del respeto para crear entornos escolares armoniosos, con el propósito de erradicar el bullying de la infelicidad.
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