Juan Sheput
Las vueltas en círculo del Gobierno
Congreso dio voto de confianza al Gabinete Arana

A diferencia de la mayoría de las ocasiones anteriores, la presentación del gabinete Arana en el Congreso de la República no despertó el entusiasmo de la ciudadanía ni de los medios. La cobertura a las reuniones de las bancadas con la señora Boluarte y el ministro Arana fue mínima y casi fantasmal, motivada por la ilegitimidad política que arrastra el Gobierno, con su 3% de aprobación. Y porque la sociedad, hiperinformada en aspectos de coyuntura política, sabe que este gabinete no es otra cosa que el revoloteo de los mismos integrantes; es decir, más de lo mismo.
Con ese anticipo estaba cantada la suerte del gabinete. La aprobación de la mal llamada “investidura” fue inclusive anunciada por entusiastas congresistas oficiosos que, sin haber escuchado al Premier, ya le habían otorgado la confianza. Lamentable realidad que vivimos en la actualidad.
Ya en el análisis de la presentación, el presidente del Consejo de Ministros hizo un planteamiento que a mí me pareció demagógico: la creación de una comisión multisectorial para evaluar la permanencia del Perú en el sistema de derechos humanos interamericano. Era una muestra de cariño a la derecha desinformada y cómplice que sustenta a Boluarte. Durante el debate parlamentario nadie le recordó al señor Arana que él fue el impulsor de otra comisión, también multisectorial, que buscaba evaluar la reposición de la pena de muerte en nuestra estructura legal. Luego de 11 sesiones, según el mismo Ministerio de Justicia, esta comisión no ha brindado ningún resultado. Ha sido y es humo para la tribuna.
Pero lo más grave es la ausencia de profundidad en un tema que es responsabilidad principal del Ejecutivo: la seguridad ciudadana y la seguridad electoral. La seguridad no es un asunto solo de recompensas, así como el funcionamiento del aeropuerto no es solo un asunto de patios de comida. Es un asunto sobre el cual el Gobierno tiene que poner el máximo interés para evitar llegar a los niveles de tragedia de nuestros vecinos Ecuador y Colombia.
Más que un discurso para el olvido el de ayer ha sido un mensaje para el anecdotario político. En el futuro cercano se tendrá que hablar de cómo el Congreso peruano de estos tiempos otorga la confianza al mismo grupo de ministros que viene desarticulando al país desde hace años. Y deberemos recordarlo para volver a elevar la valla de la exigencia cuando de elegir funcionarios públicos se requiera. El descenso al que nos ha llevado Dina Boluarte y las bancadas que conforman el parlamento no se debe repetir nunca más.
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