Juan Sheput

Despreciando al ciudadano

Los viaductos de la avenida Javier Prado son obras inútiles

Despreciando al ciudadano
Juan Sheput
19 de diciembre del 2025

 

Si una comunidad no tiene acceso a una serie de servicios –como salud, educación, transporte o seguridad– podría ser porque las autoridades no las han atendido o porque la localidad no está en el radar de sus prioridades. Se suele decir entonces que “falta presencia del Estado” para cubrir esa serie de necesidades. Para consolidar esta presencia se diseñan políticas públicas que busquen solucionar la problemática colectiva a través de medidas de gobierno (que pueden ser nacionales, regionales o locales). Siendo así las políticas públicas son los instrumentos del Estado para solucionar necesidades comunitarias o colectivas: la inseguridad es un problema colectivo por ejemplo. El transporte también. 

¿Pero qué sucede cuando hay presencia del Estado, hay autoridades, hay poderes establecidos y se diseñan políticas públicas en perjuicio de los ciudadanos? O más lamentable aún ¿qué sucede cuando estas autoridades se zurran en los vecinos y literalmente impulsan medidas dañinas o perjuiciosas para los ciudadanos? Es la antítesis de las políticas públicas. Es el gobierno como enemigo de la localidad.

Lima es una ciudad que adolece de espacios públicos. Sin embargo, los parques caen bajo toneladas de cemento con el pretexto de la modernización; las playas (esas que hacen de Lima una ciudad tan especial) son licitadas por corruptos y arranchadas de la comunidad que tiene en ellas un espacio de recreación. O uno tiene que asistir resignado a la pérdida de valor de su propiedad porque en un lugar residencial construyen un ghetto de 40 pisos con 2,000 departamentos. 

Pero hay cosas peores. Se hacen obras inútiles que durante su proceso de construcción van a generar caos, molestias y desorden urbano pero que no van a tener un final feliz ¿Por qué? Porque son obras inútiles, sin planificación, un derroche en vano y que van a generar una nueva situación peor que la anterior. Es el caso de los viaductos que se pretenden construir en la Avenida Javier Prado, por obra y gracia de la Municipalidad de Lima con Renzo Reggiardo a la cabeza, sin estudios, sin planificación, sin mediciones de impacto, sin consenso con los vecinos y que van a empeorar la situación de la zona acarreando más tráfico en ese ya problemático lugar de la ciudad. 

Los viaductos de la Javier Prado son obras inútiles porque son falsas soluciones, muy pasadas de moda. Ni un solo viaducto en Lima ha funcionado en los último 25 años, ni los de Lima Norte, Lima Sur o Lima Moderna. Sin embargo, se insiste en su construcción pues se pretende utilizar el proceso de construcción como propaganda electoral. No importan los vecinos. Todo vale si de querer ganar se trata. 

Construir sin planificación es peor cuando no se trata de una omisión involuntaria sino un riesgo calculado para obtener réditos electorales. Un candidato y su agrupación que no dudan en despreciar así a los ciudadanos son muy peligrosos para la democracia, el desarrollo del país y su bienestar.

Juan Sheput
19 de diciembre del 2025

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