David Auris Villegas
Por una educación para la paz y que mejore las vidas
El 21 de setiembre se celebró el Día Internacional de la Paz

El domingo pasado, mientras viajaba en un bus, fui testigo de una discusión política entre dos amigos que casi se agreden, hasta que una alegre vendedora les regaló un caramelo. Ese gesto sencillo sembró la calma. Entonces comprendí que la paz se cultiva con pequeños actos, sonriendo y abrazando la diversidad en lugar de dejarnos arrastrar por la furia de imponer nuestras ideas.
A lo largo de 2025, esta ausencia de paz se evidencia en los conflictos de Ucrania, Gaza y Sudán, junto con tensiones geopolíticas y una creciente carrera armamentista que amenazan y arremeten contra la convivencia mundial. A esto se suman la pobreza y la violación de los derechos humanos, que intensifican los conflictos sociales
Con el propósito de tender puentes de amistad sobre aguas turbulentas, cada 21 de septiembre celebramos el Día Internacional de la Paz, y este 2025 la ONU lo impulsa con el lema “Actúa ahora por un mundo pacífico”. Recogiendo esta invocación, su secretario general, António Guterres, nos llama a silenciar las armas, devolver la esperanza y la dignidad humana a través del respeto.
A esta cruzada por la paz, se suma la voz del Papa León XIV, quien nos recuerda que la humanidad clama por ella y que un mundo construido sobre la violencia, el exilio forzado o la venganza solo traerá más dolor. Si realmente anhelamos un mundo mejor, comprometámonos a trabajar cada día por la paz, la justicia y el amor al prójimo.
Por otro lado, la Unesco, nos invita a transformar la educación para forjar una paz sostenible y un desarrollo humano integral, priorizando la empatía humana. Integrar este tema en el currículo y promover el diálogo respetuoso entre docentes, estudiantes, familias y comunidad permitirá formar niños capaces de construir una ciudadanía basada en la armonía dentro de la diversidad.
Asimismo, las universidades juegan un papel clave al investigar de manera interdisciplinaria sobre la paz activa, analizando sus beneficios y articulando líneas de investigación a fin de profundizar su estudio. De esta manera, se convierten en espacios que forman profesionales capaces de mediar conflictos en distintos escenarios, haciendo de la paz un aliado poderoso del buen vivir.
La paz se construye con el diálogo y la convivencia respetuosa. Practicar en la escuela y en la sociedad, es nuestra tarea compartida.
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