Editorial Política

El fracaso de la descentralización y la pobreza y la informalidad

Un tema central del próximo gobierno a instalarse en el 2026

El fracaso de la descentralización y la pobreza y la informalidad
  • 13 de mayo del 2025

 

Luego de más de dos décadas la descentralización ha fracasado de principio a fin. Y a nuestro entender, la reforma de este proceso representa una de las transformaciones que debería enfrentar el próximo gobierno a instalarse el 2026 si es que realmente deseamos convertir al Perú en una potencia regional. Si recordamos que alrededor de 3.4 millones de peruanos no tienen acceso al agua potable –es decir, casi el 10% de la población– entonces se hace evidente que la descentralización es un fiasco, sobre todo considerando los enormes recursos con que el sector privado ha contribuido a los presupuestos de las entidades subnacionales.

Las izquierdas suelen señalar que la falta de agua potable, desagüe, de postas médicas, de escuelas y otros servicios es el resultado del modelo neoliberal que “prioriza la extracción de recursos y la plusvalía de la sociedad” a favor de unas minorías. Sin embargo, si observamos las cantidades de recursos que se gastan en los gobiernos subnacionales en, supuestamente, atender estos servicios, se establece con claridad en dónde está la falla. Por ejemplo, de acuerdo al Plan Nacional de Competitividad del 2019, el déficit en infraestructuras básicas –es decir, en agua potable, desagüe, carreteras, postas médicas y escuelas– sumaba alrededor de S/ 117,000 millones. Sin embargo, entre el 2019 y el 2025 se devengaron más de S/ 195,000 millones. Una cantidad que representa alrededor de 160% de la brecha. No obstante, no hubo cambios a favor de las poblaciones.

Los resultados desaniman a cualquiera. Por ejemplo, en agua potable y desagüe se gastó casi el 80% de la brecha; sin embargo, el déficit de los servicios aumentó en 1%. Por otro lado, el 85% de la red vial no está asfaltada, el 97% de los centros de salud de atención primaria y el 96% de las escuelas están en estado precario. Asimismo, el 85% de los hospitales tienen infraestructuras y equipos en mal estado y obsoletos.

El fracaso de la descentralización se vuelve un asunto superlativo cuando reparamos que los gobiernos regionales existen básicamente por las transferencias del sector privado, sobre todo con respecto al canon por la explotación de los recursos naturales. Según diversas investigaciones el 95% de los recursos de los gobiernos subnacionales corresponden a transferencias del gobierno central, mientras que solo el 5% restante se recauda en las provincias, sobre todo a través del impuesto predial.

El Estado cuenta con recursos, pero fracasa en todo. En este contexto, las izquierdas atacan y demonizan a las empresas privadas, culpándolas de la continuidad de las brechas sociales que existen en las regiones.

Asimismo, es incuestionable que el fracaso del Estado en la provisión de servicios a través de los gobiernos regionales es una de las causas de la continuidad de la pobreza y la informalidad en algunas regiones. Por ejemplo, según la última medición del Instituto Nacional de Estadística (INEI) la pobreza monetaria en Cajamarca se incrementó de 44.5% a 45% y en Loreto llegó al 43% de la población respectivamente. Entre las regiones más pobres con cerca del 40% de la población en pobreza están Huánuco y Puno. Para entender la relación entre pobreza y fracaso del Estado en la provisión de servicios vale señalar que, según la última encuesta del INEI, solo el 30% de la población pobre accedió a agua potable con niveles adecuados de cloro y apenas el 17.3% en caso de la población en pobreza extrema.

Es incuestionable que el fracaso del Estado es una de las causas de la continuidad de la pobreza y la informalidad, y uno de los problemas que impiden la formalización de la sociedad. Por estas consideraciones, cuando se discuta el problema de la reforma del Estado no solo se debe abordar la urgencia de acabar con el Estado burocrático que, con sus sobrerregulaciones y multitud de oficinas, bloquea inversiones y aumenta la pobreza, sino que también se debe abordar la urgencia de reformar radicalmente el proceso descentralizador que se ha convertido en uno de los mayores frenos del desarrollo nacional.

  • 13 de mayo del 2025

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