Renatto Bautista
El arrianismo y el islamismo
El Concilio de Nicea y la posible conexión con el Islam
Arrio (250–336) fue un teólogo que vivió durante el Imperio Romano. Se atrevió a negar la naturaleza divina de Jesucristo, sosteniendo que el Hijo no era eterno ni igual al Padre. Sus ideas heterodoxas chocaban frontalmente con el principio básico de la fe cristiana: la Santísima Trinidad, el dogma que unifica a todos los creyentes en un solo Dios en tres personas.
Esta controversia sobre la naturaleza divina de Cristo llevó al emperador Constantino a convocar el Concilio de Nicea, celebrado entre el 20 de mayo y el 19 de junio del año 325. En dicho concilio, la abrumadora mayoría de los obispos —salvo Theonas de Marmárica, Segundo de Ptolemaida y el propio Arrio— aprobó la definición del dogma trinitario. Como consecuencia, los tres disidentes y sus seguidores fueron expulsados del Imperio Romano.
A pesar de su condena, el arrianismo persistió durante siglos, incluso después de la caída del Imperio Romano de Occidente. Es importante destacar que no solo los arrianos fueron perseguidos; también lo fueron los nestorianos y otros grupos considerados heréticos, quienes se establecieron en regiones como Arabia, Persia e incluso la India.
Debido a esta dispersión, es muy probable que el comerciante árabe Mahoma (570–632) haya tenido contacto directo con algunas de estas comunidades cristianas disidentes. De ahí que, cuando inició su predicación en el año 610, proclamara principios que guardan cierta semejanza con las doctrinas arrianas:
- Dios es uno.
- Todos los hombres deben someterse a la voluntad divina (Alá).
- Mahoma es el último profeta, portador del mensaje verdadero revelado por Dios.
En el islam, Jesús (Isa) es reconocido únicamente como un profeta, cuyo mensaje —según esta visión— fue distorsionado por sus seguidores.
Con base en estos hechos, puede plantearse la hipótesis de que el islam representa, en cierto modo, una “herencia ideológica” o venganza histórica del arrianismo, movimiento que, aunque oficialmente extinto, comparte con el islam el rechazo al dogma trinitario y la afirmación de la unidad absoluta de Dios.
A lo largo de más de 1.400 años, el islam ha mantenido una relación compleja y muchas veces conflictiva con el cristianismo occidental, lo que podría interpretarse como una prolongación simbólica de la antigua rivalidad entre el arriano y el cristiano niceno, hoy representado por el cristianismo católico.
















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