Guillermo Molinari

¿Qué nos dice el Informe Mundial sobre la escasez de docentes para el 2030?

Profesionalización y financiamiento docente: claves para cumplir el ODS4

¿Qué nos dice el Informe Mundial sobre la escasez de docentes para el 2030?
Guillermo Molinari
09 de mayo del 2025


La UNESCO, en 2022, advirtió sobre la escasez global de docentes como un obstáculo para avanzar hacia el Objetivo de Desarrollo Sostenible 4 (ODS 4), que debe cumplirse para 2030. Según este informe, se necesitarán 44 millones de docentes adicionales de primaria y secundaria a nivel mundial para esa fecha. Esta situación genera enormes costos para los sistemas educativos, aumenta la carga laboral de los maestros y afecta de manera significativa la calidad de la educación.

Las estimaciones indican que financiar los puestos docentes adicionales necesarios para alcanzar la meta de matrícula universal costará más de 120,000 millones de dólares (USD) anuales.

La escasez de docentes es preocupante en todo el mundo, pero lo es aún más la falta de docentes bien calificados, independientemente de la renta anual de cada país. En América Latina y el Caribe, persisten serias dificultades para alcanzar la meta 4.c, que busca aumentar sustancialmente el número de docentes cualificados, incluso mediante la cooperación internacional para su formación en los países en desarrollo, especialmente en los menos adelantados y los pequeños Estados insulares. Frente a la necesidad de 3.2 millones de docentes para lograr la educación universal en 2030—de los cuales 2.8 millones corresponden a reemplazos por pérdida de personal—, Perú enfrenta un desafío particular: en los próximos cuatro años, cerca de 80,000 docentes dejarán la profesión por límite de edad. Además, no se logra cubrir todas las plazas, especialmente en las zonas más alejadas y rurales del país.

A menos que se adopten medidas pertinentes y oportunas para mejorar la formación inicial docente—en particular el proceso de licenciamiento de las Escuelas de Educación Superior Pedagógicas y la creación de Facultades de Educación a nivel universitario—, seguirá siendo difícil atender los factores que desmotivan la profesión: largas jornadas de trabajo, clases numerosas, falta de apoyo y reconocimiento, altos niveles de estrés, desequilibrio entre la vida laboral y personal, recarga administrativa y un creciente riesgo de violencia física o psicológica en las escuelas. Cualquiera de estas situaciones puede afectar negativamente el bienestar físico, mental y emocional de los docentes, además de reducir la capacidad de atraer y retener talento en la profesión.

En cuanto a la inversión en docentes, Perú está lejos de ajustar su gasto para mejorar la cualificación del profesorado. La inversión en programas de capacitación, actualización y especialización es limitada. Esta afirmación se basa en las declaraciones del titular del sector, quien aseguró que la experiencia de 2024 fue exitosa con la ejecución de 13 programas y cursos; sin embargo, no se presentaron cifras concretas. Para este año 2025, recién en mayo se ha anunciado el desarrollo de 19 programas y cursos—6 más que en 2024—con una asignación de 40 millones de soles (0.95 % de los 20,585 millones del presupuesto 2025 del MINEDU). Esta cifra es insuficiente y, por decir lo menos, ridícula para abordar la problemática de casi 420,000 maestros de la Educación Básica. Los fondos asignados cubrirán la capacitación de 6,198 docentes noveles mediante el Programa de Inducción Docente (PID) en modalidad a distancia con tutoría, 1,741 docentes de Educación Intercultural Bilingüe de 238 instituciones educativas en modalidad semipresencial y un diplomado en “Metodologías activas para el desarrollo del pensamiento crítico y la competencia lectora” de 384 horas dirigido a 2,000 maestros en servicio. La pregunta es inevitable: ¿qué pasa con los otros 400,000 docentes?

El grueso del gasto sigue destinándose a salarios y otros programas o iniciativas afines. En la última década, Perú no ha priorizado un financiamiento eficiente y eficaz en dos aspectos clave del desarrollo docente: primero, en lo relacionado con los salarios y la formación inicial y continua; y segundo, en la asignación de recursos para hacer atractiva la carrera docente, reduciendo los costos ocultos en contratación, formación y distribución de nuevos docentes atrapados en sistemas de rotación poco sostenibles.

Perú cuenta con una Ley de la Carrera Pública Magisterial que debe seguir fortaleciendo la profesión docente, clave para mejorar la calidad educativa, garantizar la estabilidad laboral de los maestros y, en última instancia, contribuir a la prosperidad social. Esto se logra a través de la profesionalización, la educación continua y un sistema de derechos que valore el rendimiento y la experiencia.

Por otro lado, la educación está en constante evolución. Las nuevas tecnologías han provocado cambios profundos, lo que obliga a los docentes a actualizar permanentemente sus habilidades y conocimientos. La profesionalización docente es un proceso que permite a los maestros adquirir las competencias necesarias para brindar una educación de calidad y adaptarse a las necesidades de sus estudiantes. Cada día surgen nuevas tendencias, técnicas, ideas y teorías, lo que exige que los educadores se mantengan al tanto de cada avance para integrarlos en su práctica profesional.

Los docentes al adquirir nuevos conocimientos, pueden aprender a utilizar nuevas y novedosas estrategias y metodologías, mejorar su desempeño didáctico con las cuales aprovechen todo el potencial para lograr mejores resultados dentro de los procesos de enseñanza-aprendizaje.

“Ciertamente, la profesionalización del docente implica la posesión de conocimientos de acción y de experiencia, sin embargo, el dominio conceptual relativo a los aspectos psicopedagógicos, comunicativos, socioafectivos, metacognitivos y axiológicos no debería olvidarse” (Perrenoud, 2004).

Perrenoud nos plantea diez nuevas competencias que deben desarrollar los docentes para enseñar:

  • Organizar y animar situaciones de aprendizaje
  • Gestionar la progresión de los aprendizajes
  • Elaborar y hacer evolucionar dispositivos de diferenciación
  • Implicar a los alumnos en sus aprendizajes y su trabajo
  • Trabajar en equipo
  • Participar en la gestión de la escuela
  • Informar e implicar a los padres
  • Utilizar las nuevas tecnologías
  • Afrontar los deberes y los dilemas éticos de la profesión
  • Organizar la propia formación continua

¿Cómo enfrentar la escasez de docentes y que desarrollen las nuevas competencias que exige la nueva realidad?

El informe plantea que se requieren de enfoques integrales y sistémicos para abordar el desafío con eficiencia y eficacia. Probablemente el principal desafío es el dignificar la profesión docente a través del reconocimiento social y condiciones laborales que no solo se refieren a remuneraciones, sino aquellas que les permitan acceder a sus aspiraciones que la sociedad contempla para el profesorado y la educación. Entonces preguntémonos ¿Cuáles son esos planes integrales y sistémicos que hoy tiene el sector educación en el Perú?

Guillermo Molinari
09 de mayo del 2025

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