Globalización

Apuntes sobre la guerra comercial entre Estados Unidos y China

Nuevamente la filosofía económica debe ir en auxilio del debate

Apuntes sobre la guerra comercial entre Estados Unidos y China
  • 28 de abril del 2025

 

Ante la globalización de la economía mundial es evidente que los países deben actuar con pragmatismo buscando sacar las mejores ventajas de los capitales, las tecnologías y el comercio que se transa en el planeta. En la actual guerra comercial que se ha desatado en el mundo ningún país se puede sustraer a esta realidad, incluyendo Estados Unidos, Europa, Japón, Corea del Sur, la India y, por supuesto, los países de Hispanoamérica. Por estas mismas consideraciones la actual guerra comercial en el mundo también es negociación: Ya se conoce que Estados Unidos avanza a nuevos acuerdos comerciales con Europa, México, Canadá, Japón, Corea del Sur y la India. Y en la propia China se ha expresado voluntad de retomar negociaciones.

A nuestro entender la actual guerra comercial –a diferencia del unísono progresista en la media mundial y la academia de izquierda– tiene una causa: los desbalances y asimetrías comerciales que se gestaron luego de la Segunda Guerra Mundial bajo el auspicio de la globalización progresista y la Organización del Comercio Mundial de la ONU. En el mundo se declaraban aranceles, pero se establecían barreras paraarancelarias a las exportaciones estadounidenses que podían sobrepasar el 70% como sucedía en China. ¿Por qué se llegó a semejante estado de cosas? Porque la élite de Estados Unidos lo aceptó traicionando los impulsos democráticos y promercados que se desataron luego del derrumbe de la ex Unión Soviética.

El fenómeno Donald Trump sería inexplicable sin este escenario. En la prensa progresista se suele argumentar que, luego de la guerra comercial desatada por Estados Unidos, China se prepara para convertirse en la primera potencia del mundo, una tesis que puede revelar opciones ideológicas antes que análisis económico.

El debate sobre el tema es confuso y lleno de aristas. Y es que las cifras económicas del mundo podrían dar para uno y otro lado en la discusión. Por ejemplo, según el Banco Mundial el PBI de Estados Unidos sumaba alrededor de US$ 28 billones en el 2023, mientras que el PBI de China era de alrededor de US$ 18 billones. Vale anotar que desde 1966 hasta el 2024, según el propio Banco Mundial, los Estados Unidos han perdido más del 7% del PBI mundial y representa el 23.4% de la economía global. China, por el contrario, desde 1980 ha pasado a representar del 1% del PBI mundial a un total de 18% del PBI global. Sin embargo, el PBI per cápita de Estados Unidos suma más de US$ 82,000 en tanto que el PBI per cápita de China sobrepasa los US$ 12,000. Bajo este último parámetro la economía china es una de ingreso medio.

Con estas cifras, con estos escenarios, ¿cómo serán los eventuales desenlaces para las dos potencias en la actual guerra comercial? Aquí sirve en extremo la teoría económica y la experiencia del siglo pasado con respecto a la planificación de la economía, si recordamos que la ex Unión Soviética había llegado a equiparar las cifras económicas de Occidente e, incluso, llegó a superar a las sociedades occidentales en determinadas áreas de ciencia y tecnología.

China es una economía planificada, desde el centro hasta sus fronteras, a partir de los planes quinquenales que se implementan con la clásica disciplina comunista, desde los cincuenta del siglo pasado. En los planes quinquenales se planifica si se crecerá en construcción, industria, ciencias, servicios y otros. Desde las fronteras hacia el mundo China práctica “el libre comercio total  y lleva las banderas de Adam Smith". Ese modelo le ha servido para convertirse en una potencia industrial y manufacturera mientras Estados Unidos evolucionaba a una potencia sin precedentes en servicios de información (desde Facebook hasta Apple, Amazon y Microsoft).

Ahora bien, ¿qué va a suceder en China ahora que la guerra comercial modificará las reglas del comercio mundial? ¿Acaso la planificación en China podrá desarrollar la “destrucción creativa” de la que hablaba Joseph Schumpeter –al margen de sus predicciones erradas sobre el fin del capitalismo– para enfrentar la paralización y destrucción de industrias y sectores que desatará la guerra comercial? ¿Cómo se asignarán los recursos si la planificación es la enemiga mortal de cualquier proceso de asignación de recursos en base a criterios de mercado o de la llamada destrucción creativa? Asimismo la teoría económica ha probado que solo las sociedades con instituciones de mercado son las que pueden sostener la larga maratón del desarrollo. 

Una vez más en medio de toda la verborrea de la prensa progresista mundial llegamos a las regiones de los viejos debates de la filosofía económica. Ya sucedió en el siglo XIX, en el XX y sucederá en el XXI. En estos temas, las instituciones y la mayor libertad siempre gana. Se trata de una regularidad casi parecida a la  física.

  • 28 de abril del 2025

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