Iván Arenas
El rearme del fujimorismo
Fuerza Popular es el verdadero centro gravitacional de la política peruana

Observando la tendencia sobre intención de voto para las próximas elecciones y se ve que Keiko Fujimori pierde fuelle. Es una de las candidatas que más ha reducido su intención de voto y es altamente probable que baje aún más en los próximos meses.
¿Qué sucede con Keiko Fujimori? No obstante que ella ha convertido los retazos del viejo fujimorismo en un partido potente, también es cierto que todo indica tiene un techo de vidrio: pierde en todas las segundas vueltas.
Fuerza Popular es hoy el partido de régimen de 1993. Nada sucede en serio en el mundo de la política peruana sin el fujimorismo. Alrededor de Fuerza Popular, que es el verdadero centro gravitacional de la política, giran otros “planetas”, grandes, medianos y pequeños. Y cada uno de ellos con sus propias áreas de gravedad. El antifujimorismo, en ese sentido, es la reacción a esa fuerza de gravedad que genera el partido naranja. Pero el fujimorismo necesita un rearme tanto ideológico como político electoral. ¿Cómo así?
No obstante, antes vale decir que en la fuerza naranja se considera que Keiko ganó las elecciones pasadas y hubo un fraude contra ella. De allí su insistencia en presentarse a las próximas elecciones. Lo cierto es que el anti keikismo se une al propio anti albertismo y nada asegura que tenga un triunfo en el 2026.
Asimismo, todo indica también que en el partido naranja se ve como descontada una entrada de Keiko a una segunda vuelta. Pero como también decíamos arriba, nada asegura que eso sea cierto. Lo mejor que puede hacer el fujimorismo entonces es presentarse a las elecciones con otro candidato, y este podría ser el propio Fernando Rospigliosi. Incluso en caso de que Rospigliosi no sea candidato, podría ser parte de una plancha presidencial muy potente.
El fujimorismo necesita, además de todo lo anterior, reperfilar su posición anti establishment y en defensa de la mano dura. En ese sentido, Rospigliosi podría calzar perfectamente en ese perfil.
Se vienen unas elecciones complejas donde habrá una intensa polarización entre el fujimorismo y el antifujimorismo, porque parece que nada puede reducir semejante dialéctica. El problema del país no será quien gana sino quien construye una mayoría en el Congreso.
El fujimorismo necesita tanto a su primera línea como a nuevos cuadros que tengan también un perfil muy popular. Son necesarios más operadores del fujimorismo popular que todavía pervive en los viejos comedores populares o vasos de leche.
Si el fujimorismo quiere pasar las elecciones y ganarlas no basta con ajustes y retoques, deberá además ampliar su oferta y dirigirse a su vieja base electoral.
COMENTARIOS