Iván Arenas
¿La izquierda camino al barranco?
Más dividida que en las últimas elecciones

Como se supo luego, Lenin odiaba con todas sus fuerzas a la burocracia. Pues un asunto meramente burocrático ha liquidado la oportunidad de un coalición en la izquierda entre Verónika y Vladimir. "Los tiempos electorales no dieron", explican. Verónika ha tenido que volver a mirar a quienes rechazó en su día. Es decir, a Yehude Simon y su partido. El baguazo, ella supone, la va a manchar de todas maneras. Verónika sufrirá las consecuencias de sus marchas y contramarchas porque todos los pasivos y activos de esta frustrada alianza se los llevará ella sola.
El amague de unidad con Cerrón supuso una retirada de dos de sus más mediáticas aliadas, Huilca y Glave, quienes aunque no tengan organización detrás de ellas, tienen minutos en la TV. Y eso ya es mucho. La izquierda, entonces, se ha dividido en cinco opciones. Cuente usted: Juntos por el Perú, Partido Libertario, Runa, UPP (con Antauro) y el Frente Amplio. Algunos colocarían al Partido Morado en esta lista. Es la división más exagerada jamás vista en las últimas elecciones. Cuatro partidos para casi los mismo votantes.
Con la división es altamente probable que el partido de Cerrón no pase la valla electoral del 5%. Y si no obtiene una bancada mínima que lo defienda en el parlamento es casi seguro que vuelva a la cárcel. Por su parte, Verónika y Vladimir, le hicieron la pinza a Goyo Santos, quien insistió en un alianza con el de Junín. Incluso en un acto honesto, el cajamarquino se inscribió como militante, y con él varios de los suyos. Pero en una poco elegante salida, que roza con la traición, Cerrón hizo cálculos y prefirió el caviar que el queso andino. Sorpresivamente Goyo es quien mejor está situado y puede colocar una bancada. Ojo: digo que puede.
La izquierda toda entera se veía bien luego de insistir en el cierre del Congreso y de tejer una alianza con PPK primero y luego con Vizcarra. Incluso los "caviares" están a favor de la entrega de S/ 524 millones a Odebrecht solo para que los funcionarios de la brasileña acusen a los opositores de Vizcarra y los encarcelen luego. Pero por su tendencia al suicidio, sus principales dirigentes mediáticos calcularon que el Perú entraría fácilmente en un situación populista con un cierre del Congreso. Se dejaron llevar por los medios que los alzaban cuando querían joder a la oposición. Fueron los tontos útiles.
Hoy en toda la izquierda, la caviar y la no caviar, no hay una propuesta que vaya más allá de la nueva Constitución y una Asamblea Constituyente. Quizá Goyo y Antauro podrían sobrepasar la propuesta colocando otros temas que los conecten al Perú popular y mayoritario.
Aquí vale la reflexión siguiente. Cuando en los setenta y ochenta los conos no existían y los pobladores exigían propiedad privada de sus viviendas, inteligentemente favorecieron a la izquierda que fomentaba invasiones. Las anteojeras ideológicas del zurdo intelectual vieron un "nuevo sujeto político". Proclamaron la autogestión y luego la revolución.
Hoy las anteojeras ideológicas no dejan ver que en el Perú popular y emergente hay instituciones también. Y les aterra conocer que estas instituciones tienen que ver con el mercado, la familia y el orden. ¡Nada de lo que propone Vero! Por eso la izquierda caviar es solo mediática. Está en medios y no es pueblo.
Del Frente Amplio se conoce poco. Quizá logren pasar la valla, pero mejor proyección tiene Antauro, quien podría ser un próximo congresista.
La izquierda caviar puede perder lo poco ganado.
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