Iván Arenas
#PerúEsClave
Si Xi Jinping y Lula da Silva quieren una salida al Pacífico

Brasil y China, Lula da Silva y Xi Jinping, han firmado varios acuerdos en días previos, entre ellos un memorando de entendimiento para iniciar los estudios para lo que sería la construcción de un ferrocarril que una el puerto de Ilhéus, en Bahía, con el puerto de Chancay, en Perú. Su longitud total superaría los 4,000 kilómetros y la inversión sería alrededor de US$100,000 millones. Una barbaridad de dinero.
Ilheús, el puerto de Bahía, al sur brasileño, nos hace recordar al instante a Jorge Amado. En aquel puerto vivió el escritor y su familia. Allí Amado se inspiraría para crear a Doña Flor, casada primero con el infiel y bon vivant Vadinho y luego, a la muerte de este, con Don Teodoro. Sonia Braga le daría vida en el cine.
Lula y Xi han firmado el acuerdo de entendimiento sin mencionar a Chancay, pero no hacía falta. Ambos sabían que la única salida al Pacífico sur es Chancay u otro puerto peruano. No podría ser Chile porque eso obligaría a pasar por Bolivia y el país de Evo vive en una constante confusión. El Perú se ha bajado, casi al instante, del acuerdo. Sus principales figuras, el primer ministro y el ministro de relaciones Exteriores, han dicho que, de momento, Perú no está interesado. El Estado peruano no está interesado, ojo. No es el Gobierno sino el Estado. El Perú es clave si Xi Jinping y Lula da Silva quieren una salida al Pacífico, por eso el título de esta columna.
Como los países no tienen amigos sino intereses, el Perú si no sabe remar la ola podría ser engullido por China y Brasil. En los años setenta, Ruy Mauro Marini haría famosa la teoría del “subimperialismo brasileño”, que a la sazón dice que por su capacidad industrial y su condición de “país continente” tendría siempre influencia en Sudamérica. La “venganza de la geografía” y el portugués, en todo caso reduciría la influencia de Brasil en el Perú. Es curioso pero el portugués y el español tienen casi un 90% de similitud.
El Perú mira a Trump. Es decir, el Perú tiene un ojo en China y otro en los EE.UU. de Trump, país que ha perdido influencia en esta parte de América. Trump no aceptará que el Perú sea tomado por China y Brasil. Ya pasó por contrabando la construcción del puerto de Chancay, pero no aceptará una metida completa de Xi por aquí. El Perú debe tener intereses y no amigos.
No habrá tren sin Perú. En EE.UU., como en nuestra Cancillería, no han visto con buen ojo que se pretenda proyectar un tren sin anuencia peruana. Estamos ante dos imperialismos. Un imperialismo subcontinental y un imperialismo que trata de extender su influencia con dinero e infraestructura.
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