El mejor regalo, el mejor homenaje, para los trabajadores el 1...
El ministro de Trabajo y Promoción del Empleo (MTPE), Daniel Maurate, acaba de señalar que no derogará los decretos promulgados por el Gobierno de Pedro Castillo, que prohibían la tercerización laboral y establecían un claro libertinaje en el ejercicio del derecho a huelga, sin antes consultar en el Consejo Nacional del Trabajo (CNT) del MTPE. Las declaraciones del titular del MTPE se desarrollan en contra del shock desregulatorio anunciado por el Ministerio de Economía y Finanzas que tenía entre sus anuncios la derogatoria de las señaladas normas.
Como se recuerda durante el Gobierno de Pedro Castillo –antes del golpe fallido– se promulgaron el Decreto Supremo N. 001-2022 que prohíbe la tercerización laboral en el núcleo de los negocios de la empresa y el Decreto Supremo N. 014-2022 que amplía el ejercicio del derecho de huelga hasta convertirla en libertinaje. Ambas normas fueron promulgadas sin consulta en el CNT e, incluso, motivó el alejamiento del sector empresarial de la instancia de diálogo del MTPE. Las señaladas normas formaban parte de la llamada Agenda 19, que impulsaban las corrientes comunistas y colectivistas con el propósito de aprobar un nuevo código de trabajo que colectivizara las relaciones laborales en base al protagonismo de los sindicatos y el ejercicio del derecho a la huelga.
El anuncio del MTPE, en la práctica, significa que los decretos supremos mantendrán su vigencia porque es evidente que en el Consejo Nacional de Trabajo del MTPE los representantes de los trabajadores se opondrán abiertamente, no obstante que las mencionadas normas nunca se consultaron al sector empresarial en la señalada instancia del sector Trabajo. Un verdadero despropósito considerando que uno de los ejes programáticos del gobierno de Castillo fue la colectivización de las relaciones laborales.
La falta de voluntad en el MTPE en la derogación de los dos mencionados decretos se parece a la indolencia de las bancadas legislativas para aprobar una nueva ley de promoción agraria para relanzar inversiones y formalizar el agro. ¿Por qué ambas conductas son similares? En el sector Trabajo no se atreven a derogar normas que desalientan la inversión y promueven la informalidad porque consideran que pueden estar favoreciendo al sector empresarial. E igualmente, en el Congreso no se atreven a aprobar una nueva ley de promoción agraria porque temen ser acusados de favorecer los intereses de los empresarios. Estas posturas revelan que las izquierdas han conseguido un enorme triunfo cultural en el Perú: los ministros, los partidos y los políticos consideran que “los empresarios son los explotadores que extraen la riqueza de los trabajadores mediante la plusvalía y que los trabajadores deben ser protegidos de la voracidad burguesa”.
En otras palabras, las tesis de Marx siguen plenamente vigentes en el Perú, a pesar del golpe fallido de Castillo y del eje bolivariano. De allí que cualquier cambio en contra de la inversión privada y la generación del empleo nunca se modifique, como si el Perú caminara hacia atrás como los cangrejos. En el MTPE no se derogarán los decretos de Castillo y en el Congreso se mantendrá la derogatoria de la ley de Promoción Agraria –perpetrada por el gobierno provisional de Sagasti– por la negativa de aprobar un nuevo régimen promocional para el agro.
La gran paradoja es que los ciudadanos de los países que tienen legislaciones que declaran derechos y beneficios a favor de los trabajadores luchan por emigrar a los países que legislan a favor de los empresarios y de la inversión privada. Es decir, los países socialistas como Venezuela y con legislaciones laborales de este tipo, como en el Perú, impulsan a los jóvenes a emigrar a los países procapitalistas y proempresariales.
¿Hasta cuándo continuará esta locura colectivista en el Perú?
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