Daniel Córdova

Ahorita pierden a Milton

Ahorita pierden a Milton
Daniel Córdova
18 de noviembre del 2015

¿A donde apunta precandidatura de Abugattas anunciada por Jara?

Milton Von Hesse ha sido uno de los mejores Ministros de este gobierno. Ni el más severo opositor puede negarlo. En Agricultura hizo una reforma mayor al incorporar la infraestructura de riego como componente central de la gestión de dicho portafolio. Y en Vivienda logró una normativa para que se intervengan las EPS mal gestionadas por Municipios, a fin de abrir un camino definitivo para cerrar el déficit de servicios de agua y saneamiento en el Perú.

Además, sabemos que Milton, por sus características personales, tiene todo para explotar su carisma campechano, a condición de tener un aparato político sólido detrás. En otras palabras, dadas las circunstancias, mejor candidato no ha podido tener el nacionalismo. El problema es que están a punto de perderlo, por razones similares a las que el Apra perdió a Mercedes Aráoz cinco años atrás.

Milton tiene el beneficio de poder mostrar obras hechas durante este gobierno que no han sido adecuadamente comunicadas. Su primer mitin en la selva no fue nada deslucido. Tiene un contingente de población y autoridades locales agradecidas en el interior del país. Pero nada de esto podrá ser capitalizado si la actuación política del gobierno, el partido de gobierno y sobretodo de la primera dama, no se someten a su candidatura.

Si el Presidente quiere de verdad que Milton haga un buen papel y logre arrastrar una bancada –digamos- importante al Congreso, debería empezar nombrando, hacia Navidad, un Gabinete de transición con personalidades neutras e incluso de oposición. Esto manteniendo técnicos que pocos cuestionan, como Saavedra, Gallardo o Dumler. El Premier debería ser alguien como Enrique Bernales o  Javier Iguiñiz: personalidades dispuestas a prestar un servicio corto por la estabilidad del país. Este Gabinete debería hacer todo por terminar lo que se ha hecho bien y garantizar un clima de concordia. Terminar con la participación del gobierno en la crispación y la política del insulto, que en campaña tenderá a exacerbarse.

En lo que respecta al Partido Nacionalista, la pareja presidencial (de la República y del Partido) debe zanjar y terminar con las zancadillas a su candidato. No sé a qué vino el comentario de Ana Jara sobre una eventual precandidatura presidencial de Daniel Abugattás, el pasado domingo, pero a muchos nos olió a boicot interno. A disparo en el pie. En todo caso, ya es hora que Milton entre al debate político con fuerza para defender su precandidatura si es que quiere seguir. Corre si no el riesgo de quemar su imagen y quedar como César Villanueva: aplastado políticamente desde adentro.

Precisamente, Last but not least, está Nadine. En realidad, el éxito o fracaso de la candidatura de Milton depende en gran parte de ella. O “cambia de chip” o Milton se va antes de inscribirse oficialmente como candidato y el nacionalismo corre el riesgo de quedar con tres congresistas. Nadine está todavía a tiempo de dejarse asesorar, de hacer un mea culpa, de abandonar su soberbia, de retomar su frescura juvenil y algún resquicio de humildad, de desaparecer unas semanas de cámaras y, sobre todo, del twitter, para ingresar con nuevos bríos a la campaña por un sitio en el Congreso. Y entre tanto, respaldar, tras bambalinas, a su candidato presidencial. Finalmente ella es la presidenta del Partido Nacionalista.

En todo caso, ojalá Milton tenga el carácter para patear el tablero con determinación e irse en el momento preciso, si Nadine no somete su accionar político a la campaña y no recibe un claro espaldarazo de Palacio.

Por: Daniel Córdova

Daniel Córdova
18 de noviembre del 2015

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