Iván Arenas
Del acuerdo de Odebrecht a Chinchero
Los yerros en las decisiones gubernamentales de Vizcarra

Lo habíamos dicho antes, estimado lector. Tarde o temprano llegaría el día en que Martín Vizcarra deba gobernar el país en serio. También dijimos que tarde o temprano se iría apagando el fuego de la denominada “primavera anticorrupción”, que el Gobierno de Martin Vizcarra y sus aliados desarrollaron y que no es otra cosa que el linchamiento de la oposición (en el caso de Keiko Fujimori encarcelamiento “preventivo”) Hoy, cuando los asesores del Gobierno vizcarrista no tienen otro chivo expiatorio u otro muñeco para armar, se ven en el deber natural de gobernar.
Los yerros en las decisiones gubernamentales de Vizcarra han sido varios. No obstante, ¿por qué no los conocemos? Y si los conocemos ¿por qué sabemos muy poco de estos “errores de gestión”? Por una sencilla razón: el gobierno de Vizcarra mantiene una extraña alianza con la mayoría de los medios tradicionales. De allí que no existan mayores reportajes incisivos o acuciosos, y que una buena porción de periodistas se muestren indulgentes con el Ejecutivo.
Por esta extraña alianza entre medios tradicionales y Gobierno no se ha dicho más de la inundación con aguas servidas en San Juan de Lurigancho. Hasta el sol de hoy no sabemos en quiénes recae la responsabilidad. Algo similar sucede con el acuerdo entre el Estado y Odebrecht, defendido ferozmente por algunos periodistas y medios, a pesar de que la mayoría de expertos lo considera “entreguista”.
Pero el caso más preocupante es el del Aeropuerto de Chinchero, que tantas canas verdes sacó al Gobierno de PPK y vuelve a estar en la picota con Vizcarra. Las controversias sobre el mencionado aeropuerto son innumerables. No solo en la primera parte —es decir, en cómo se fraguó (solo para la compra de terreno se desembolsó más de US$ 700 millones, ¡US$ 200,000 la hectárea!), sino también en los posibles impactos negativos (turísticos, urbanos, ambientales) para la región cusqueña, sobre todo para la ciudad del Cusco. No es que Cusco no deba tener un aeropuerto, ¡claro que debe tener! Sin embargo, los medios tradicionales apenas han rebotado las opiniones que indican que hay lugares mucho más adecuados para la construcción de un aeropuerto.
En suma la concentración de medios tradicionales ha callado todo tipo de opiniones divergentes sobre la construcción de este aeropuerto. Hasta ahora, Chinchero es más un debate político y no técnico. Lo único que se repite son las bondades del proyecto (¡claro que hay bondades!), pero poco el estudio técnico. No es que no se deba construir un aeropuerto, pero también queremos saber cuáles son las divergencias técnicas. ¿Por qué no se escogió a Anta? ¿Qué dice el Estudio de Impacto Socio Ambiental sobre las fuentes de agua que se ubican en Chinchero y que proveen a la ciudad de Cusco? ¿Es verdad que existe un crecimiento urbano desordenado ahora?
El problema del primer mandatario no es cómo está gobernando, sino qué está gobernando. Ojalá que lo de Chinchero no le reviente en las manos, como ya sucedió una vez.
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