David Auris Villegas
Día Internacional de la Juventud
Los jóvenes son un activo transformador del presente

Cuando era adolescente, veía el mundo como un lugar donde todo era posible. Hoy, en mi segunda juventud, lo percibo con mayores opciones de desarrollo, a pesar de los conflictos y las penurias humanas. Más que nunca, estoy convencido de que, gracias a la tecnología, la juventud está en condiciones de ser innovadora, creativa y emprendedora a tiempo completo. Esta actitud afina sus talentos y democratiza la prosperidad de las naciones.
Precisamente en favor de la renovación generacional, desde el año 2000, cada 12 de agosto la Asamblea General de las Naciones Unidas conmemora el Día Mundial de la Juventud, con el propósito de otorgar a los jóvenes un verdadero protagonismo social. Felipe Paullier, de Asuntos Juveniles de la ONU, señala que ellos son una pieza clave para enfrentar los desafíos actuales, actuando como protagonistas y aliados directos en la búsqueda de soluciones innovadoras a los diferentes problemas.
Es así que, durante el 2025, se reconoce a los jóvenes como agentes claves encaminados a transformar los ODS en acciones locales que impulsen el desarrollo humano. Su creatividad, liderazgo e inclusión en la toma de decisiones son esenciales en la construcción de la equidad. Por ello el uso pedagógico de la inteligencia artificial debe incorporarse en su educación, con el propósito de empoderarlos como un verdadero ejército de soñadores que trabajen por un mundo inclusivo.
Estos jóvenes, de entre 15 y 24 años, enfrentan grandes retos, especialmente en países como el nuestro, donde reside la mayoría de ellos. Según la ONU, padecen acceso desigual a una educación de calidad, desempleo, trabajo precario y pobreza que golpea con más fuerza a los más vulnerables. También sufren exclusión política, marginación social, barreras en salud y escasas oportunidades de desarrollo. Ayudarlos a superar estos desafíos es esencial en la lucha por el desarrollo sostenible.
Gracias a internet y a los últimos avances del conocimiento, contamos con una generación de jóvenes más informada e interconectada. Por ello, todos los gobiernos del mundo están obligados a integrarlos en la gestión burocrática y la gobernanza como verdaderos agentes de cambio, ya que ellos observan el mundo desde novedosas y valiosas perspectivas.
En síntesis, es momento de cambiar de paradigma: ver a los jóvenes no solo como el futuro, sino también como un activo transformador del presente.
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