Arturo Valverde

El cielo está enladrillado

Sobre las transformaciones del paisaje urbano limeño

El cielo está enladrillado
Arturo Valverde
13 de mayo del 2025


Las compañías inmobiliarias responsables de poner en pie ingentes edificios por la ciudad de Lima, parecen haber llevado a la realidad aquel conocido trabalenguas que de niños todos repetíamos de paporreta: el cielo está enladrillado… 

Me invade un sentimiento de pena al pensar que parte de la culpa recae en nosotros por andar repitiendo con insensatez los trabalenguas, sin imaginarnos que, algún día (hoy) se materializarían en los veintinueve pisos que escoltan a los viandantes por algunas avenidas. 

Adiós, queridas fachadas balconadas de casitas de dos y tres pisos; hasta pronto, ventanitas de madera y jardines de patios interiores. De sus escombros habrán de surgir los edificios del mañana, que pasarán a ocupar las familias con sus perros y sus gatos. En adelante, ten por cierto, que, para las futuras generaciones, serás la anécdota de un viejo ochentero que rompió tus lunas de un certero pelotazo. 

Hace años visitar la piscina, ir al cine o andar en bicicleta por el parque, suponía abrir salir al mundo. Hoy, los edificios albergan piscina, cine y hasta un parque interior para sus propietarios, casi todos los pasatiempos para evadirnos de la violencia de las calles. Puede que jamás sepan del olor de las pistas mojadas en carnavales bajo el sol de verano, mientras pasan los automóviles. 

Cabe la posibilidad de que la distancia para entablar nuevas amistades se acorte. Quiero decir, que, si a la amistad la dividían jirones y calles transitadas por motocicletas, mototaxis y buses enfurecidos, el siguiente amigo podría esperarnos en el mismo elevador. Hola. ¿A qué piso va? Al piso veintinueve. Y, ¿usted? Al catorce. 

La gente camina mirando con el cuello enjirafado hasta el último piso, el veintinueve, por decirlo. ¿Cómo será vivir tan arriba? ¿Se sentirán los temblores con mayor intensidad? 

Vivir en un edificio tiene su encanto, no lo niego, naturalmente, aunque nos está costando el cielo por partes. ¿Cómo decía el trabalenguas? El cielo está enladrillado… sí, y desde lo alto se aprecian unos atardeceres de película.

Arturo Valverde
13 de mayo del 2025

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