Darío Enríquez
El megapuerto de Chancay y su fuerza transformadora
¿Cómo se reconfiguran los procesos urbanos en la costa central?

El Perú atraviesa un momento decisivo en su desarrollo territorial. Tradicionalmente centralizado en Lima, el país comienza a experimentar un proceso de descentralización impulsado por grandes infraestructuras. El Megapuerto de Chancay, financiado por capital chino bajo la dirección de Cosco Shipping, representa una inversión superior a los US$ 1,300 millones. Más que una obra de ingeniería, este proyecto constituye una fuerza transformadora que está redibujando la geografía urbana de la costa central y proyectando nuevas dinámicas a escala continental.
Un nodo estratégico en el Pacífico Sur
Chancay está llamado a convertirse en el principal punto de conexión entre Sudamérica y Asia-Pacífico. En su primera fase, se prevé que movilice medio millón de contenedores, con una proyección futura de 1.5 millones anuales. Esta capacidad lo sitúa en una categoría distinta respecto a los puertos peruanos existentes: en 2023, el Callao movilizó cerca de 820,000 contenedores, mientras que Paita alcanzó los 177,500. En el ámbito regional, Guayaquil (Ecuador) manejó unos 253,500, y los puertos chilenos como San Antonio y Valparaíso superaron los 900,000 y 450,000 respectivamente.
La ventaja competitiva de Chancay radica en su capacidad para recibir buques de gran calado, lo que reduce costos y tiempos de tránsito al evitar transbordos en puertos de Norteamérica o México. Esta condición lo posiciona como un hub logístico de alcance sudamericano, capaz de competir directamente con los principales puertos de Chile y Ecuador.
Sin embargo, el éxito del puerto depende de la mejora de la infraestructura terrestre, que acusa grave déficit en el Perú. Para garantizar un flujo eficiente de carga, es indispensable construir autopistas y redes ferroviarias que conecten Chancay con la sierra, la selva y Brasil, aprovechando y ampliando la Carretera Interoceánica.
Transformaciones urbanas: de la conurbación a la red de ciudades
El impacto del megapuerto trasciende lo económico y se manifiesta en una intensa dinámica de transformación urbana. Chancay, con una población actual de aproximadamente 65,000 habitantes, podría quintuplicarse, consolidando una conurbación con Ancón cuyo proceso de expansión ya está en marcha. Esta transformación amenaza con "pulverizar" los límites político-administrativos vigentes, dando lugar a una extensa área urbana funcional que redefine la organización territorial de la costa central.
El dinamismo generado por el puerto se proyecta hacia el norte, con efectos directos sobre ciudades como Huaral y Huacho, y hacia el sur, alcanzando Cañete, Chincha, Pisco e Ica, que encontrarán en Chancay una nueva puerta de entrada y salida para el comercio regional. En conjunto con el futuro desarrollo del megapuerto de Corío en Arequipa, se configura un nuevo eje portuario que marcará un punto de inflexión en la estructura territorial del país, con implicancias que podrían extenderse incluso a escala continental.
La dimensión geopolítica del poder portuario
La envergadura del proyecto ha suscitado preocupaciones geopolíticas. A nivel nacional, se debate la exclusividad comercial que Cosco Shipping busca ejercer sobre la operación del puerto, generando controversia legislativa. Internacionalmente, Estados Unidos ha expresado inquietud ante la creciente influencia china, especialmente por el carácter de "puerto de uso dual" (civil y potencialmente militar), que podría permitir el despliegue de buques militares chinos en una zona estratégica de Sudamérica.
Una oportunidad histórica
El Megapuerto de Chancay representa una oportunidad única para que Perú se consolide como un nodo logístico global. No obstante, para que esta transformación se materialice plenamente, es imprescindible que el Estado peruano acompañe la inversión con una planificación urbana y territorial coherente. Solo así se garantizará que la riqueza generada “no se quede en el muelle”, sino que active directamente el dinamismo económico en las regiones vinculadas al nuevo eje portuario y, desde allí, se propague progresivamente al resto del país.
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