Iván Arenas
El presidente Vizcarra sí mintió
El vínculo entre el presidente Vizcarra y Odebrecht

Un reciente reportaje “revela” que el presidente Martín Vizcarra tuvo trato comercial con un consorcio cuyo socio mayoritario es la empresa brasileña Odebrecht y sus consorciadas peruanas (constructores de la Interoceánica Sur). No obstante, luego se conoce que el presidente Vizcarra —y su hermano— obtuvieron la representación legal de una consorciada (GyM) en otra sociedad (Consorcio Ilo). Es decir, que había —por lo menos— una sociedad comercial bastante confiable entre el actual presidente y los Graña.
La defensa palaciega arguye que no hay nada ilegal, tampoco nada malo, con dichas “revelaciones” periodísticas y que en realidad “venden humo”. De alguna u otra manera, hay algo de verdad: no hay nada de revelador porque ¡desde hace más de un año se sabía —a través de una investigación del congresista Belaunde— que el presidente y los Graña tenían una sociedad de bienestar mutuo! Lo nuevo y revelador es que el presidente ha mentido. Vizcarra negó su relación comercial con Odebrecht y ha sabido ocultar —a propósito y con ayuda de la prensa— su estrecho trato con la consorciada peruana, cuando de largo tiempo atrás se sabía.
Desde luego, también la prensa y los periodistas palaciegos han intentado desbaratar cualquier nueva información con respecto a la relación del actual presidente tanto con Odebrecht como con las consorciadas. De otro lado, no hay periodicazos ni tremendos titulares. No hay nada de eso. Si uno revisa los medios de ese sector del periodismo tradicional, verá que solo hay pie de páginas y pequeños informes.
Pero lo curioso es que la consorciada peruana fue la empresa que ganó la supervisión de lo que sería el aeropuerto de Chinchero, cuya adenda fue defendida por el mismo Martín Vizcarra cuando era ministro de Transportes. Como en la política la inocencia es un pecado, podemos creer que el presidente Vizcarra defendía de manera principista el proyecto Chinchero; pero habría sido oportuno que se deje constancia, en ese entonces, de la estrecha y larga colaboración comercial entre GyM y el presidente. Pero eso jamás sucedió. Hasta ahora solo se han presentado los hechos, sin mayor juicio valorativo o interpretación subjetiva. Hemos dejado la política a un lado.
Pero si a todo lo anterior le sumamos que desde mucho tiempo atrás se viene diciendo que hay un trato diferencial de los organismos de justicia (fiscales y jueces) con respecto a los amigos del presidente y a la oposición, entonces la duda nos carcome. Y si a ello le agregamos que los exsocios del presidente son dueños de conglomerados mediáticos, entonces solo nos queda reír.
Es bueno recalcar que aunque no existe delito alguno en ser un proveedor de una empresa como Odebrecht, lo extraño de todo esto es que el presidente Vizcarra trate de mentir. El tema podrá ser minimizado y la poderosa tormenta mediática podrá hundir la noticia. pero esto finalmente saldrá a flote. Lo que sí queda consignado es que hay una indignación que hasta ahora es selectiva. Los indignados han salido contra todos los opositores por menos mentiras que las del presidente actual.
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