Eduardo Vega
Los ojos de la justicia
¿Los jueces del Perú sólo trabajan para ciertos casos?

En mis tiempos de practicante, una de las veces que estuve paseando por el hall de los pasos perdidos del Palacio de Justicia, tuve la oportunidad de escuchar a un guía dar explicaciones del lugar para algunos turistas, sobre su historia, arquitectura (incompleta) y la decoración del recinto; resaltando en aquella oportunidad, el hincapié sobre un dato muy curioso: El vitral superior donde está representada la Justicia muestra una imagen en la que esta no tiene la venda en sus ojos. Si mal no recuerdo, lo señalado por aquel guía, cuando se hizo la obra, el artista no colocó la clásica venda en los ojos, porque a su criterio la justicia tenía que ver a quienes está juzgando para emitir correctamente el juicio.
Pasados casi 85 años de la inauguración del recinto (05/12/1939), tengo la impresión de que el artista tenía una lectura perfecta del funcionamiento de la justicia en el Perú, pues si vemos como se comportan los operadores de justicia en los casos más notados de nuestra realidad, podemos apreciar lo siguiente:
Si el procesado es una persona de notoriedad política o pública, como PPK, no importa que se produzca el vencimiento de las restricciones de su libertad, igual se le impide viajar y si es necesario se lleva a cabo una audiencia en día domingo y se evita una posible fuga; sin embargo cuando se trata de la expareja presidencial Humala-Heredia, los tratamientos son más laxos. Cuando fue el turno de la lectura de su sentencia por otros delitos, la pareja se separó para permitir la fuga de la ex primera dama sin mayores restricciones de la PNP; es decir, por poco y salió tan fácil como alias cuchillo.
Cuando los “grupos de patriotas” interesados buscan interrumpir o cuestionar funciones exclusivas del Congreso de la República, como la elección de los miembros de la JNJ o del Defensor del Pueblo, las acciones de amparo o medidas cautelares se aprueban y notifican de manera inmediata. Pero cuando se trata de cualquier otro justiciable, una expectativa conservadora para un resultado similar es no menor a 90 días.
Cuando se hace un pedido de prisión preventiva para el expresidente Vizcarra, los jueces evalúan con rigurosidad el cumplimiento de los requisitos legales que deben confluir para la correcta aplicación de la medida. Sin embargo, cuando se trató de Keiko Fujimori por el caso cócteles, no se dieron los mismos créditos y terminó en prisión por un delito que no era tal, cuando los supuestos actos fueron consumados.
Ahora último, hemos visto como los pedidos de la fiscal Delia Espinoza en contra de Benavides han sido evaluados con tanta celeridad que hasta en cierta forma podría pensarse que el documento que puso fin al posible retorno de Benavides (una resolución de 53 páginas, elaborada de un día para otro), podría haber sido redactada incluso antes de que se formalizase la disposición judicial contenida en la misma. ¿Es que los jueces del Perú sólo trabajan para ciertos casos? O ¿Es que algunas resoluciones se pueden elaborar por IA cuando el asunto es urgente para un interesado?
Todo esto solo me inclina a pensar que el brillante artista que elaboró el vitral del Palacio de Justicia, quizá en su momento dio perfectamente en el clavo con su gráfica. Y hoy solo queda pendiente de agregarle un par de anteojeras, pues con eso de que se puede suspender una diligencia mediante una llamada telefónica al Fiscal de la Nación, podríamos concluir que la Justicia del Perú no solamente mira a los justiciables, sino que lo hace muy selectivamente. Y que incluso la severidad y celeridad de las condenas se pueden ver afectadas para los casos comunes que son mediatizados.
COMENTARIOS