Iván Arenas
El Perú y el síndrome del “dique roto”
Una explicación del populismo reinante

Una aproximación que explicaría el actual contexto “populista” –que ha puesto la gobernabilidad al pie del cadalso, en medio de la crisis sanitaria y económica más grande de los últimos años– es que el país ha entrado en lo que podríamos denominar el síndrome del “dique roto”. Quizá el comportamiento de un Congreso balcanizado en pequeños grupos y un Ejecutivo que actúa de acuerdo a la aprobación en las encuestas sean síntomas de este síndrome. Pero veamos a qué nos referimos con todo lo anterior.
Para el suscrito el síndrome del “dique roto” o “dique de contención roto” se refiere a cuando en la sociedad se rompe aquella muralla (dique) que contiene y sostiene los impulsos colectivistas de todos los pelajes. Sobre todo, por ser mayoritarios, en los sectores populares, no obstante que esos impulsos están presentes en la sociedad en general. De allí, entonces, podríamos decir que en los últimos años el fujimorismo albertista fue el dique de contención que evitó la propagación del chavismo en los sectores populares; incluso en el mejor momento de este, cuando –desde Venezuela– Hugo Chávez, sin rubor alguno, internacionalizaba el socialismo del siglo XXI, y un fantasma petrolero recorría América Latina.
Pero, ¿cómo es un “dique de contención”? Es evidente que la metáfora no se refiere a un muro de cemento inerte, sino más bien a una serie de relaciones de ida-venida, muy vivas y activas entre los representantes y los representados. El caso del fujimorismo albertista, por ser más próximo, nos grafica bien la idea. Un caudillo (Alberto) que logra una relación directa con los sectores populares; y que por lo general aparece en un momento de crisis del régimen (en aquel entonces, principios de los noventa, había crisis económica, crisis política y terrorismo).
Esta relación se rompe cuando el representante se deslegitima y el relato oficial se agota. Entonces la sociedad, y sobre todo (como repetimos) los sectores populares, está a merced de nuevas legitimidades y busca articular sus demandas con nuevos representantes. Se dice, para colocar otro ejemplo, que el Apra fue un “dique de contención” en los sectores populares y las clases medias emergentes contra el comunismo y el fascismo a principios del siglo XX. Ahora bien, estos “impulsos colectivistas”, de los que hablamos líneas arriba, están relacionados no necesariamente con el estatismo, sino con lo que en sociología se denomina una “demanda simbólica” por el orden, que en momentos de crisis de régimen se vuelve de suma importancia.
No obstante volviendo al tema en este contexto, si hoy en el Perú se produce un síndrome de “dique roto” y un momento muy populista, es porque en los sectores populares el relato fujimorista ha dejado de tener legitimidad. La política también es la guerra por el relato. Al romperse el “dique” las aguas se dirigen por diversos cauces y ya no están contenidas en una sola dirección. Podemos Perú, UPP y Frepap son el resultado de ese síndrome de “dique roto”. Quizá la peor noticia para los defensores del modelo económico es que a diferencia del fujimorismo –que además de una expresión simbólica de orden articulaba el “capitalismo popular”– hoy los posibles representantes son solo el orden, pero no el capitalismo popular.
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