Hugo Neira

Mariátegui: ¿político y filósofo?

Su relación con el pensamiento de Benedetto Croce

Mariátegui: ¿político y filósofo?
Hugo Neira
12 de junio del 2022


La semana anterior, en este mismo portal
El Montonero, recordábamos la amistad con el italiano Piero Gobetti. El mismo Mariátegui presenta al liberal italiano opuesto al crecimiento de las masas fascistas, y lo hace a la vez en su gran revista Amauta y además, en el diario Mundial, en 1929. Pero no era suficiente: en esos años, Mariátegui tuvo otros encuentros, entre ellos con el filósofo Croce, y expresó que los ensayos de Benedetto Croce no podían ser resumidos ligeramente. Y esta es la esencia de los párrafos que siguen.

Pero hay algo tan importante como la obra de Benedetto Croce y aquellos pensadores italianos, y es eso de político y filósofo. No es un capricho del que escribe. Años atrás, cuando estudiaba y vivía en París, en una librería di con una obra de enorme valor que suelo citar a menudo (por ejemplo, en esta columna del 2019). La Enciclopedia Oxford de Filosofía abarca el planeta con conceptos tanto occidentales como extraoccidentales. Está construida país por país. No pude dejar de hojear y buscar a los filósofos peruanos. Había unos cuantos, los siguientes: Francisco Miró Quesada Cantuarias, Augusto Salazar Bondy -lo más probable por Entre Escila y Caribdis, reflexiones sobre la vida peruana-, y, para mi sorpresa, José Carlos Mariátegui.

Un caso es el del autor de los Siete Ensayos de Interpretación de la Realidad Peruana. Lo que es resulta asombroso. Todos sabemos su autobiografía: nacido en el año 1894, a los 14 años entra de técnico de imprenta en un periódico, La Prensa. Hasta 1919 trabaja en el diarismo. Y que desde 1919 a mediados de 1923 viaja por Europa. Lo que nos dice de José Carlos Mariátegui, es que no estudió ni la secundaria y menos en universidades. Lo cierto es que no tuvo un hogar corriente. La madre alcanza apenas a salvarlo de las enfermedades en la infancia y la adolescencia. La excepcional inteligencia de José Carlos y la madre, y luego de la esposa, lo apartan de eso que él mismo llama el “decadentismo” y el “bizantinismo finisecular” en pleno apogeo (apunte autobiográfico de José Carlos Mariátegui). 

La muy seria y exigente Academia de Oxford nos dice algo muy específico. La filosofía no es solo algo que se alcanza en la formación que se obtiene en las aulas universitarias desde la Edad Media y el Renacimiento. Ese saber está en la vida, y como crítica en ciertos periodos históricos, y esto fue la actitud de Augusto Salazar Bondy. “Crítica y compromiso” es como lo coloca a Salazar Bondy una estudiosa de su obra, Adriana María Arpini, en libro editado por el Fondo Editorial del Congreso del Perú (Filosofía, crítica y compromiso en Augusto Salazar Bondy, en el 2016), el resultado es una inmersión apasionada en los conceptos al uso.


Pero veamos quién era Benedetto Croce

Los filósofos no son inmortales ni dioses griegos, y no se pierde nada conociendo su nacionalidad o religión, partido político, y residencia. Croce escritor, historiador, italiano. Nace en el Reino de Italia el 25 de febrero de 1866 en Nápoles, eran tiempos muy movedizos, y muere en Italia el 20 de noviembre de 1952, a los 86 años. En materia de religión, se declara agnóstico. Los lugares geográficos, es algo que hay que tomar en cuenta: nace en Pescasseroli, en la región de los Abruzos y en el seno de una familia adinerada. Por la rama materna, estaba con unos parientes de ideales liberales. Pero, por la rama paterna, que desde Montenerodomo se había instalado en Nápoles, de origen borbónico y hasta sus 18 años, católico. Su vida se modifica cuando, en 1883, un terremoto en Casamicciola, en la isla de Ischia, destruye la casa en la que veraneaban. Mueren su padre, su madre y su única hermana, y él mismo estuvo días entre los escombros y sobrevivió por poco. Con su hermano, heredan la fortuna familiar que “le permitió vivir holgadamente el resto de su vida y dedicar todo su tiempo a la filosofía” (Wikipedia). Lo que le queda, no es poco. 

La vida social de sus tíos lo envuelve y le hace nacer alas. Fue confiado a la tutela del tío Silvio Spaventa que lo acoge en su casa en Roma, donde Croce vivirá hasta su mayoría de edad. Vive en un círculo cultural en donde conoce importantes personas, hombres políticos, intelectuales, y es así como Antonio Labriola lo introduce al marxismo. No obstante se había inscrito en la Facultad de Derecho de la Universidad de Nápoles, frecuentaba las clases de filosofía moral de Labriola, en Roma. Croce nunca acaba sus estudios universitarios al tiempo que se consagra a otros, eruditos, filosóficos, históricos y literarios. En 1886 deja Roma y vuelve a Nápoles. Como su fama aumentaba, se dedica a la política. Senador en 1910. Critica la participación de Italia en la Primera Guerra Mundial, la califica de suicida. Lo nombran más tarde (1920) ministro para la Instrucción Pública. Y se va alejando del régimen. En 1925 Giovanni Gentile publica un Manifiesto de los intelectuales fascistas. Y su respuesta es un Manifiesto de los intelectuales antifascistas

Benedetto Croce volverá a la vida pública cuando cae el Duce, en el gran caos político de ese momento, e intentará mediar entre los distintos partidos antifascistas.


Croce, su pensamiento.
Materialismo histórico y economía marxista (1900)

Sus primeros ensayos sobre el marxismo son una suerte de diálogo crítico con Marx pero pasaban por el eminente profesor Antonio Labriola que ya tenía su estructura teórica. Croce tenía una interpretación muy compleja de El Capital de Marx. La cuestión de la teoría del valor y la plusvalía. Al parecer, Croce se inclinaba a favor de la escuela austriaca, dicho sea en la economía pura. Croce respondía amablemente a las tesis de Labriola.

El marxismo de Croce no procedía de una forma científica del materialismo. Él veía en esa actividad teórica un elemento de narcisismo. Mientras Croce y Labriola no se ponían de acuerdo. Visto que el marxismo teórico se esfumaba, Croce evoca a otro amigo, el marxista francés Georges Sorel. En 1898, Georges Sorel toca la puerta de la guerra. Sorel se concentra en los movimientos obreros, pero también en el rol de la violencia visto también por su amigo Croce, por el crecimiento de los sindicatos. La obra de Sorel, en Francia, llega a unos rusos, un tal Plejánov y un tal Lenin.

Con Croce, digamos que el peruano Mariátegui escucha y ve a un conjunto de pensadores. La realidad y el espíritu para Benedetto Croce son necesarios para cambiar la sociedad. No hay un solo marxismo. Con Croce nace la pluralidad del marxismo, no tiene que ser el marxismo-leninista de Rusia. Se adapta a la sociedad como lo hizo Mao con China, que tenía campesinos y no obreros, una variante. algo sobre los principios éticos. Gramsci en particular y sus Quaderni (los cuadernos que escribía en el calabozo). Su idea era que el Estado pierde la sociedad política y cuenta la hegemonía. La ideología debe ser una especie de integridad para evitar el totalitarismo. Algo íntegro, una cierta integridad (con un sentido religioso). 

En otros términos, de la misma manera que hay distintas confesiones cristianas, hay varios marxismos. Las grandes corrientes del cristianismo tuvieron modificaciones. Desde sus orígenes y a partir de los Evangelios, el cristianismo se separa entre protestantes y católicos con las mismas tradiciones de los escritos. La vida y la organización de las Iglesias del cristianismo antiguo se expandió hasta Constantinopla (306). El catolicismo se volvió una religión de Estado. Siguieron después los concilios, los padres de la Iglesia. La vida monástica hasta el siglo IV d.C. Aparece la Iglesia Bizantina en 1054. Iglesia imperial, Iglesia Ortodoxa hasta hoy. Independencia y división de la Iglesia rusa. Luego la Reforma y no nos vamos a detener en las modificaciones del catolicismo hasta hoy, ni en las Iglesias de las civilizaciones extraoccidentales. La Reforma protestante se difunde con sectas cristianas desde 1657. Pero la colonización y misiones de evangelización católicas en América del Sur continuó. Presentamos a uno de esos misioneros. Nacido en Sevilla en 1474, a Bartolomeo de las Casas, podemos decirle “el defensor de los indios”. Sus esfuerzos están reunidos en su libro Historia de las Indias, donde hace saber la masacre y la esclavitud de los amerindios. Sus textos llegaron hasta las manos de Carlos Quinto, y el Emperador en 1542-1543 proclama las “nuevas leyes” que, como sabemos, permitieron la infidelidad al propio Emperador. Con el tiempo, aparecieron sectas diversas, y acaso entre ellas, el culto marial que viene de la Edad Media. Culto y liturgias sobre el rol divino de la madre de Jesús. El culto a la madre de Jesús se extendió en los países que prolongan el continente: México, Centroamérica.

Hugo Neira
12 de junio del 2022

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