Iván Arenas
Odebrecht, el golpe y la infamia
Perú no puede superar dos decenios de continuidad democrática

La gran historia dice que Alberto Fujimori cerró el Congreso por obstruccionista. No obstante, la pequeña historia nos dice que el Congreso iniciaba una investigación en contra de él y su familia. Hoy, Vizcarra cierra el Congreso bajo el mismo argumento: obstrucción.
El golpe puede haber sido por otra razón. Y todo indica que el presidente ha tenido relaciones nada santas con Odebrecht y el Club de la Construcción. Ojo, Vizcarra fue apoderado de Graña, la empresa que hizo de socia de Odebrecht y cuyos funcionarios, según Barata, sabían todo. Ya el ex primer ministro César Villanueva ha caído, a pesar de que se jactaba de ser honesto. Habría recibido S/ 400,000 por coimas. ¿Solo él?
¿Cómo así se terminan cuatro elecciones sucesivas y se pone fin a la continuidad democrática? Hay muchas opiniones, pero por ahora Vizcarra ha dado su golpe. El Perú vuelve a caer en la maldición: no puede superar los dos decenios de continuidad democrática. Odebrecht estuvo meciendo siempre la cuna. Era su mano. Ellos eran los artistas. Es obvio que lo que quieren es mantener sus privilegios y seguir contratando con el Estado. Aún tiene enormes inversiones en el Perú y deben defenderlas. Para ello tiene periodistas, medios, jueces, fiscales y políticos. Una vergüenza.
Odebrecht sabe mucho más de lo que ha dicho y confesado. Se burló de los fiscales Vela y Pérez y es altamente probable que sepa más de Vizcarra. De allí que de vez en vez saque algo contra el mandatario de facto; sobre todo cuando Vizcarra amaga independencia, como aquella vez que dijo que estaba en contra de que los brasileños todavía estén en el Perú.
Las Fuerzas Armadas han vuelto a la política por la puerta trasera, como tiempo atrás. Los han traído quienes los han denunciado y perseguido por años: una coalición de izquierda criolla y oenegés, con los liberales de papel como aliados. Una lástima. Ahora, como parte del golpe, la infamia continuará. En los próximos días Barata revelará sus infamias, siguiendo el guion. Quieren darle jaque mate a la todavía oposición. De allí que involucre en sus revelaciones a políticos y periodistas de la oposición. Ya lo hizo antes.
El papel de algunos medios y periodistas es de alucine. Nunca vimos tanta miseria. Es obvio que el Congreso era risa y drama, pero nada se eso justifica la disolución. La historia siempre pone las aguas en su nivel. Hoy los miserables sonríen y disfrutan lo que sucede, mañana pedirán perdón.
La oposición no debe cometer los yerros que cometió con el fujimorato. Hace falta la construcción de una mayoría popular y nacional. Hay un Perú que ni Vizcarra ni los medios representan, así que se necesita sociología y ciencia política.
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