Iván Arenas

Vizcarra no logra ser Alberto Fujimori

No cuenta con el apoyo del empresariado ni de las FF.AA

Vizcarra no logra ser Alberto Fujimori
Iván Arenas
13 de agosto del 2019

 

Estimado lector, si uno hace un check list, o una lista de semejanzas entre Vizcarra y el Alberto Fujimori pre golpe encontrará bastantes. Vizcarra, como en su día Alberto Fujimori, tiene a la prensa y sus periodistas (“guaripoleras”) a su favor, a la opinión pública de su lado y sobre todo al Congreso como la piñata de la fiesta. También ambos tenían un pie en instituciones como el Poder Judicial o el Ministerio Público; y en la prensa, periodistas, poderes del Estado y la opinión pública. Parecidos ambos. Hay también un momento de excepción.

No obstante, lo que tuvo Alberto Fujimori, a diferencia de Vizcarra, es el apoyo de dos poderes fácticos: las Fuerzas Armadas y el empresariado nacional. En suma, si hoy Vizcarra no se aventura a un cierre anti inconstitucional del Congreso es porque no tiene el aval de las Fuerzas Armadas. Ese es un gran dique de contención ante el pedido de las masas de un cierre definitivo y pronto. Las Fuerzas Armadas no emprenderán una aventura que las descoloque y las fracture nuevamente como apostaron con el fujimorismo.

Quizá también hayan dos razones más. La primera es la alianza tácita que hoy Vizcarra tiene con la izquierda caviar, y la segunda es que el vizcarrato ha jugado con la imagen institucional de las Fuerzas Armadas, utilizándola para fines políticos (los famosos mandiles). Así las Fuerzas Armadas —con un gobierno débil y cuya base social son las encuestas y los medios tradicionales y sus periodistas—, no se animarán a secundar a Vizcarra.

Pero como también señaláramos, la otra diferencia entre Vizcarra y Alberto Fujimori es que el segundo tuvo el silencioso apoyo del empresariado nacional cuando decidió cerrar el Congreso. El pacto entre el poder político, el poder económico y el poder de las armas catapultó a Fujimori. Hoy no sucede lo mismo. Vizcarra se ha distanciado del empresariado minero y, sobre todo, no cuenta con el apoyo del mundo emergente, donde hay mercados populares duros que ven a un Ejecutivo dubitativo y pusilánime. Vizcarra cree que puede gobernar con los medios, el Perú mesocrático y las encuestas.

Vizcarra ha perdido fuerza. La opinión pública es una veleta y el apoyo dependerá de que los periodistas lo acompañen. Mientras tanto, este parece ser el gobierno provisional de Kerenski, que parió al anti establishment más duro: el bolchevismo.

 

Iván Arenas
13 de agosto del 2019

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