Luego de la barbarie perpetrada por la alianza de la miner&iac...
La planilla del Midis creció exponencialmente en el último quinquenio
Las cifras no mienten. El gobierno de la inclusión social de Ollanta Humala fue un engaño. Ahora sabemos que a pesar del excesivo gasto en programas sociales y el magro descenso de la pobreza, la burocracia “social” durante el gobierno 2011-2016 subió en casi el ¡110%! El gobierno de la “inclusión social” fue en realidad el gobierno de una burocracia cuya estrategia era una reelección de la pareja presidencial.
Días atrás la nueva ministra de Desarrollo e Inclusión Social (Midis), Cayetana Aljovín, indicó que en el 2012 había en el Midis 3,328 trabajadores y que a junio del 2016 la planilla ministerial subió a 7,939. Además, según la titular del Midis el gobierno nacionalista ha creado más de treinta programas sociales; y que solo uno de ellos, Qali Warma, ha tenido una evaluación de impacto que demuestran el cumplimiento de sus objetivos. A las cifras dadas por la ministra Aljovín añadiremos que en el 2012 el presupuesto del Midis era de alrededor de S/. 2,200 millones y en el 2016 esta suma ha aumentado S/. 5,360 millones.
Vale recordar que para reducir pobreza Humala y sus funcionarios impulsaron un gobierno de “inclusión para crecer”, contraviniendo sesudos análisis que determinaban que era el crecimiento económico la mayor fuente de “inclusión social”, y no al revés. El mayor fracaso del nacionalismo fue conseguir que la pobreza solo se reduzca de 28% a 21% —es decir, 7 puntos porcentuales— cuando en el quinquenio anterior (2006-2011) la pobreza se redujo en 20 puntos (de 48% a 28%). Es decir, la estrategia de “incluir para crecer” resultó un fracaso.
¿Por qué la planilla del Midis creció de forma exponencial durante el último quinquenio, y sin embargo la reducción de la pobreza fue menuda? Una respuesta sería que la política de inclusión social de los Humala no respondió a las necesidades del Perú, sino a la estrategia reeleccionista de la pareja presidencial, con Nadine Heredia a la cabeza en el 2016. De allí que el gobierno nacionalista calcara el modelo de los países con un abultado estado populista y asistencialista; como Brasil, Bolivia y Venezuela, donde las políticas sociales han servido como un chantaje electoral y maquinarias de reelección perpetua (Morales, Kirchner, Maduro). Sin embargo, como ahora sabemos, la estrategia fue descubierta y la aventura del nacionalismo terminó como un cuento de horror.
Pero hay otras cifras que indican que la estrategia de “inclusión social” fue un absoluto engaño. Por ejemplo, a pesar de que el presupuesto para programas sociales casi se quintuplicó en el quinquenio, no se ha conseguido eliminar lacras como las altas tasas de anemia infantil o de mortalidad infantil; o avanzar en la vacunación a menores de edad. Según cifras oficiales de la Encuesta Demográfica y de Salud Familiar (ENDES), la anemia entre niños menores de tres años, entre el 2011 y el 2015, creció de 41% a 43%. En ese mismo periodo, la anemia subió de 30,7% a 32,6% entre los niños menores de cinco años. Según la ONG Inversión por la Infancia, durante el periodo 2007-2011 la anemia entre los niños menores de tres años disminuyó de 56.8% a 41.6 %, y entre los niños menores de cinco años bajó de 42.5% a 30.7%
Como vemos, las cifras no mienten. La “inclusión social” del gobierno de Ollanta Humala fue un fracaso y es urgente develar tan grande engaño.
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